La verdad está sobrevalorada. Hace un cuarto de siglo trabajé en un periódico maravilloso llamado Noticias del Mundo, antecedente de El Mundo Today, donde se publicaban noticias tan divertidas como que Nieves Herrero es extraterrestre. La verdad es a menudo menos divertida que la mentira y sobre todo suele ser menos útil. Eso es lo que se deduce si vigilamos a nuestros políticos campañeros, maestros en el manejo de la mentira. Encabeza esta pugna por ganar el premio al más embustero Pedro Sánchez, porque pretende colocar unos presupuestos que no se cree ni él, y eso, dicho así en un par de líneas, es complicarle la vida a mucha gente. Pablo Casado se está empleando a fondo para desbancar al líder socialista como gran mentiroso, llegando al extremo de equiparar al PSOE, no ya con los independentistas, sino con los asesinos de ETA y sus "manos manchadas de sangre". Con toda probabilidad, la gran mentira de Albert Rivera está por llegar, pero el Ciudadano naranja ya nos ha demostrado que es bueno repitiendo mentiras como que Pedro Sánchez prefiere a Joaquim Torra o que no es constitucionalista. Sánchez, Casado y Rivera mienten a sabiendas, porque creen que les irá bien si nos cuelan sus pegotes, porque consideran que sus engaños restarán votos a los rivales. Todos mentimos: a familiares, jefes, compa- ñeros y amigos. Y por supuesto, mentimos a los encuestadores, por eso los sondeos vaticinan resultados electorales que no se cumplen. Solo Nieves Herrero y Google saben la verdad. La periodista, porque es extraterrestre, y Google porque solo a ellos les confiamos la verdad.