Miguel Ibarrola, presidente de Deoleo y primer ejecutivo de la compañía, ha presentado su dimisión tan solo 24 días después de su nombramiento. Ibarrola había sustituido en el cargo a Pierluigi Tosato, que había ocupado el puesto como presidente y consejero delegado. Fuentes próximas a la empresa confirman que la renuncia se produce ante las dificultades para poder reflotar el grupo por las fuertes pérdidas acumuladas Y es que las alertas han vuelto a sonar en Deoleo. El gigante español del aceite, propietario de Koipe y Carbonell, se ha visto obligado a realizar durante el segundo semestre del último año un test de deterioro del valor de sus activos, fondo de comercio e intangibles debido a la negativa evolución de sus operaciones en Italia y Estados Unidos. El resultado del mismo ha obligado a la compañía a registrar un deterioro de 201 millones de euros, de los que 111 millones corresponden a las actividades en el mercado norteamericano. Como consecuencia de ello, la compañía ha registrado unas pérdidas de 291 millones de euros, frente a los 18,3 millones de resultado negativo del ejercicio anterior. Y eso ha provocado además que la sociedad dominante haya entrado en causa de disolución y, según admite la empresa, "debe reequilibrar su situación patrimonial de acuerdo con lo establecido en la Ley de Sociedades de Capital". El patrimonio neto de la firma es positivo -27 millones de euros-, pero se sitúa por debajo de la mitad del capital social. Deoleo explicó a principios de mes en un comunicado que "el consejo de administración tomará las decisiones e implementará las medidas necesarias" para corregir esta situación. Aunque no lo detalla, la idea es aprobar una reducción de capital para compensar las pérdidas. Tras la renuncia de Ibarrola, el futuro de la aceitera controlada por CVC, se complica.