Antonio Yáñez sustituyó en agosto de 2018 a Juan Carlos de Cea como presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, organismo que conocía bien, ya que desde 2005 ocupó el cargo de jefe del Área de Calidad de las Aguas del mismo. Licenciado en Ciencias Biológicas por la Universidad Complutense de Madrid, Yáñez cursó también un máster en Evaluación y Corrección de Impactos Ambientales por la misma universidad. Antes de trabajar en la Confederación Hidrográfica del Tajo, estuvo en el organismo de la demarcación del Júcar. Lleva en el cargo poco más de seis meses, ¿qué balance hace? El principal objetivo a corto plazo es el de mantener un nivel adecuado de respuesta a las múltiples funciones y obligaciones que tiene asignadas esta confederación hidrográfica en relación con la gestión y protección ordinaria del dominio público hidráulico. A pesar de que aún no se ha invertido la compleja situación que vive esta institución derivada, principalmente, del acusado proceso de descapitalización del recurso humano y de la disminución de su presupuesto de inversión que ha sufrido en los últimos ocho años, podemos decir que el balance es positivo gracias al tremendo esfuerzo del personal de esta casa. ¿Cuál es la situación actual de la cuenca? Desde el punto de vista de las reservas disponibles de agua embalsada, la cuenca se encuentra a un 51,7 por ciento de su capacidad total, un 9,6 por ciento más que el año pasado por estas fechas. El año hidrológico no está siendo abundante en precipitaciones hasta el momento. Si bien los indicadores que establece el vigente Plan Especial de Sequía indican la ausencia de esta en todas las unidades territoriales definidas al efecto en la cuenca, existen ya en marzo tres unidades territoriales de escasez -UTE de Riegos del Tiétar, Alberche y Tajuña- en situación de prealerta -entendiendo escasez como situación de carencia de recursos hídricos para atender las demandas de agua previstas-, por lo que se están estudiando medidas a aplicar acordes con lo especificado en el Plan. Si hablamos de estado de las masas de agua, según los informes de seguimiento del Plan Hidrológico de la cuenca vigente, las masas de agua superficial definidas en la Demarcación presentan mayoritariamente un buen estado químico, circunstancia que no se da si nos referimos al estado ecológico. En lo relativo a las masas de agua subterránea algunas presentan problemas con su estado químico por presencia de nitratos, siendo el estado cuantitativo bueno en el conjunto de las mismas. El trasvase Tajo-Segura es una de las cuestiones que está siempre de actualidad. ¿Es posible una solución satisfactoria para todas las partes implicadas? ¿Están previstos más trasvases? La CHT es un organismo autónomo, de carácter eminentemente técnico, con rango de Subdirección General y adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica a través de la Dirección General del Agua. Tiene a su cargo, entre otras muchas, las tareas de la gestión técnica y económica de la explotación de la infraestructura hidráulica Trasvase Tajo-Segura en la parte correspondiente al tramo de conducción desde la toma en el río Tajo hasta el desagüe en el embalse de Talave. Sin embargo, la decisión de autorizar trasvases no corresponde a la Confederación Hidrográfica del Tajo en ninguno de los niveles establecidos por la normativa para las diferentes condiciones hidrológicas posibles, limitándose a gestionar lo autorizado por el órgano competente en cada caso. ¿Es la calidad del agua óptima a lo largo de toda la cuenca? El concepto de calidad óptima no figura en la legislación de aplicación en materia de calidad de las aguas. Las aguas pueden tener una calidad óptima para un uso determinado y a la vez ser incompatibles con los requerimientos cualitativos de otros usos. La cuenca presenta un porcentaje muy alto de masas en buen estado químico e inferior al 50 por ciento en términos de buen estado ecológico o buen potencial ecológico. Respecto a las masas de agua subterráneas, presentan buen estado cuantitativo y algunas no alcanzan buen estado químico por la presencia de nitratos. Sobre las causas que originan esta situación, no se puede hablar de una única relación causa-efecto, existiendo presiones de diversa índole: fuentes de contaminación puntual con insuficiente o nula depuración, contaminación difusa, alteraciones hidromorfológicas, etc. Particularizando en el tema de la depuración de las aguas residuales, hay que decir que un porcentaje superior al 95 por ciento de la carga orgánica contaminante vertida a las aguas de la cuenca del Tajo, procedente de aglomeraciones urbanas, recibe un tratamiento secundario o equivalente de depuración. Otra cuestión es que en determinadas masas de agua receptoras de vertidos, no sea suficiente el cumplimiento de la normativa vigente en materia de tratamiento de aguas residuales urbanas y haya que acudir a tratamientos más avanzados. En este sentido, la CHT ha revisado las autorizaciones de vertido de las grandes depuradoras urbanas imponiendo, a las que carecían de este tipo de procesos, la ejecución de planes de reducción de la contaminación. Se están empezando a elaborar los planes hidrológicos de cuenca de tercer ciclo, ¿qué prioridades se deberían tratar? Dentro del logro de los objetivos generales medioambientales, el futuro Plan deberá priorizar en cuestiones como la de progresar en el establecimiento de regímenes de caudales ecológicos en las masas de agua de la cuenca y en la implantación de otras medidas que posibiliten una mejora del estado ecológico de las masas de agua superficial. Una parte importante de estas medidas deberá tener como objeto intervenir sobre el estado hidromorfológico de las masas de agua, contribuyendo también, muchas de estas actuaciones, en la disminución del riesgo frente a inundaciones en determinadas áreas de la cuenca. ¿Qué balance hace de los planes de segundo ciclo? ¿Se han cumplido los objetivos? Los planes de segundo ciclo abarcan el periodo 2015- 2021 por lo que parece pronto para hacer valoraciones precisas sobre el grado de cumplimiento de los objetivos previstos. Sí se puede avanzar, de acuerdo con lo expuesto por los informes de seguimiento, que el ritmo de implantación de medidas está por debajo de lo que parece que sería recomendable para el cumplimiento de los objetivos. En concreto, el Plan Hidrológico vigente prevé una inversión cercana a los 2.600 millones de euros a través de la implantación de 819 medidas. De estas el 28,43 por ciento correspondería a la Administración General del Estado, mientras que las CCAA son responsables de ejecutar el 58,08 por ciento de las mismas, habiendo ejecutado hasta el momento un 6,7 por ciento y un 11,08 por ciento respectivamente del total previsto.