El fabricante alemán de componentes automovilísticos Schaeffler quiere recortar unos 900 empleos hasta 2024, la mayoría de ellos, 700, en Alemania, después de reducir el beneficio y la rentabilidad. La empresa evitará despidos forzosos o el cierre de fábricas, y el objetivo es reducir los costes en unos 90 millones de euros en un primer momento. El beneficio neto en 2018 de Schaeffler cayó un 10,1 %, hasta 881 millones de euros, y el margen de rentabilidad operativa antes de extraordinarios bajó al 9,7 po ciento (11,3 porciento en 2017). El consejero delegado de Schaeffler, Klaus Rosenfeld, señaló al presentar el balance de 2018 que los seis primeros meses del ejercicio fueron buenos, pero que las condiciones de mercado en el negocio automovilístico global se deterioraron considerablemente en la segunda mitad del año y que esto presionó los ingresos.