La Comisión Europea anunció ayer una multa de 368 millones de euros a los fabricantes de cinturones de seguridad, airbags y volantes Autoliv y TRW por pactar los precios de los productos que suministraron durante años a BMW y Volkswagen. Autoliv y TRW crearon dos cárteles paralelos para intercambiar información sensible y coordinar su comportamiento en el mercado para elevar los beneficios por las ventas a ambas marcas. En el pacto ilegal participó una tercera empresa, Takata, a la que Bruselas ha eximido de la multa por haber sido esta compañía la que reveló la naturaleza de los acuerdos a la Comisión. Autoliv y TRW colaboraron con el Ejecutivo comunitario, lo que les ha permitido reducir la multa.