Los presidentes de Bankia y de Banco Sabadell, José Ignacio Goirigolzarri y Josep Oliu, respectivamente, volvieron ayer a insistir en la necesidad del sector financiero de mejorar la reputación. Su mensaje se produce en medio de la crisis de imagen que vive BBVA por el caso Villarejo. Goirigolzarri explicó que uno de los principales objetivos para la banca es hacer frente al "impacto" que tuvo la crisis en su reputación. "A día de hoy, no hemos conseguido recuperarla", admitió. Pero, "además de preocuparse hay que ocuparse" y "escuchar a la sociedad, muy decepcionada por el comportamiento del sistema financiero durante la crisis", recalcó el máximo responsable de Bankia, quien añadió que los ciudadanos "culpan a los banqueros de su descenso de nivel de vida". Ante esta situación, abogó en un acto en Valencia por "hacer ver a la sociedad que un sistema financiero sólido es necesario para el crecimiento de la economía", lo que "exige a las entidades excelentes prácticas de gobierno corporativo". Por este motivo, defendió que en Bankia "ningún objetivo puede justificar la transgresión de nuestros valores y principios". Por su parte, Oliu coincidió en su mensaje con Goirigolzarri y apuntó, además, que la pérdida de reputación "no es solo culpa de los bancos". A su juicio, "ha habido un movimiento social donde todos de alguna manera, algunos para utilizar políticamente sus argumentos en un momento de crisis han generado este ambiente que nos ha llevado a un marco jurídico que no ha sido todo lo estable, justo y recto que merece un país democrático de alto nivel democrático como es el nuestro".