Las grandes petroleras afincadas en España, Repsol, Cepsa y BP, han desvelado esta mañana, durante el 16 Encuentro del Sector Energético, organizado por IESE y Deloitte, sus estrategias para encaran el proceso de descarbonización de la economía, partiendo de la base de que los hidrocarburos seguirán teniendo un peso muy relevante en la matriz energética de los próximos años. Todas ellas reclaman que las autoridades, a la hora de regular el proceso, apliquen principios de neutralidad tecnológica y tengan en cuenta la necesidad de mantener la competitividad de la economía en un entorno global en el que no todos los países avanzan a la misma velocidad en el proceso de descarbonización. Futuro a largo plazo Por eso han pedido que se busque una transición coste-eficiente, en la que se consiga la máxima reducción de CO2 al mínimo coste. Igualmente, miran con preocupación el futuro a largo plazo de las refinerías en Europa, por la competitividad y la sobrecapacidad global en la actividad. No obstante, las instalaciones españolas son de las más eficientes y rentables del continente -donde ya se han producido cierres-, gracias a la inversión de 6.000 millones de euros que recibieron entre 2008 y 2012. En un futuro, las refinerías procesará crudo y otras materias primas (biomasa en su mayoría), para producir numerosos productos, incluido el hidrógeno, y estarán mucho más integradas en su entorno. En general, todas están adentrándose en el negocio eléctrico, sobre todo de la mano de las renovables -Repsol tras adquirir activos de Viesgo, Cepsa en alianza con Masdar, BP con Lightsource-, y confían en la eficiencia y en la digitalización para extraer más valor a sus activos actuales a la par que reducen sus emisiones de carbono.