JP Morgan se sumó ayer a un abundante listado de analistas que ponen en duda la cuantía de la ampliación de capital, tanto la propuesta por el Consejo de Administración de Dia como por LetterOne, 100 millones de euros inferior. "Nos preguntamos si los 600 millones de euros de la operación serán suficiente en un contexto de endeudamiento como el actual, con cerca de 1.500 millones de deuda neta, unos 2.000 millones de euros de deuda bruta y fondos propios negativos de casi 170 millones (...) con altísimas necesidades de liquidez y en medio de la caída de las ventas comparables", enumeran, entre otros, desde el banco de inversión. "En nuestra opinión, debe haber negociaciones en paralelo para lograr una quita en la deuda, lo que hace este caso aún más complejo", apuntan los expertos, una posibilidad que desde la compañía no se ha mencionado y, desde luego, es la línea roja que impone la banca para respaldar el plan a 2023 propuesto por Dia. Además, JP Morgan ha querido resaltar en su informe que "las condiciones para que Morgan Stanley haya asegurado la ampliación de 600 millones son desconocidas". Fuentes de la compañía insisten en el que banco garantizará la viabilidad de la operación, a pesar de que este acuerdo esté condicionado, según se especifica en los estados financieros consolidados del grupo de 2018, a que no se produzcan "hallazgos no conocidos a la fecha del acuerdo (...) que pudieran implicar correcciones relevantes en las magnitudes financieras" de la compañía. En estas mismas cuentas queda reflejado que la Agencia Tributaria brasileña reclama 200 millones de euros en impuestos a la filial de Dia por "distintos criterios de interpretación".