Gregoire Bontoux se alía con empresarios españoles y sindica el 3% de los títulos La batalla abierta en el capital de Dia va en aumento. Tres accionistas institucionales de la cadena de supermercados han anunciado una acuerdo de sindicación (unión de sus acciones) para formar un bloque accionarial del 3,25 por ciento, después de que el inversor ruso Mikhail Fridman, dueño del 29 por ciento de la cadena de supermercados, haya anunciado el lanzamiento de una opa sobre la compañía. En este pacto destaca Gregoire Bontoux, accionista de Carrefour, que a través de su sociedad Naturinvest tiene un 2,94 por ciento del capital de Dia. Se trata de un miembro de la familia Bontoux, una rama perteneciente al clan Halley e histórico accionista de Carrefour. El problema es que, más allá de las complicaciones de lanzar una oferta sobre el grupo, que necesita una ampliación de capital para evitar la quiebra técnica, las cifras de la sociedad de Bontoux tampoco acompañan demasiado. Naturinvest tiene el domicilio fiscal en Luxemburgo, aunque cuenta también con sede en Madrid. Sus activos a 31 de diciembre de 2017, según las últimas cuentas depositadas en el Registro Mercantil del Gran Ducado, se elevan a poco más de 110.000 euros. Ese año la sociedad registró, sin embargo, pérdidas por importe de 206.286 euros y arrastra números rojos de ejercicios anteriores por 26,5 millones y tiene deudas por importe de más de 20 millones. Gregoire Bontoux se ha unido a otros accionistas de Dia: los hermanos Pablo y Pedro Gómez-Pablos Calvo (a través de Altocapital) que poseen un 0,221 por ciento y un 0,088 por ciento, respectivamente, y que se dedican al sector inmobiliario. La suma de todos ellos alcanza el 3,2 por ciento, lo que les convierte en el tercer accionista, por detrás de LetterOne (29 por ciento), vehículo inversor de Fridman, y Goldman Sachs (5,3 por ciento). Pero, ¿qué pretenden con esta alianza? A la espera de los detalles, los accionistas han suscrito un acuerdo de sindicación para aunar la dirección de su voto. "Dicho acuerdo supone la constitución de un bloque accionarial subordinado a un proceso de toma de decisiones conjunta representativa de un porcentaje superior al 3 por ciento de los derechos de voto de la entidad", han señalado los tres accionistas. Fuentes del mercado consultadas por elEconomista apuntan que la intención de estos accionistas, que ya han comunicado al consejo el acuerdo, pasa por defenderse de las garras del ruso Fridman, que trae una oferta insuficiente y una ampliación de capital de 500 millones. En particular, estarían buscando apoyos de otros minoritarios de cara a hacer presión e incluso preparar una contraoferta, aunque las mismas fuentes detallan que "es algo muy complicado". Otro de los que podría unirse a la operación es Luis Amaral, un empresario portugués que opera desde el paraíso fiscal de las Islas Caimán, que es propietario en Polonia de la cadena de supermercados Eurocash y que ha entrado también en Dia con una pequeña participación. Por lo pronto, ya podrán maniobrar de cara a la próxima junta, prevista para marzo, incluyendo puntos a votar o, incluso, convocar una alternativa. Cifras empresariales al margen, el papel de los minoristas es clave para el futuro de la cadena de supermercados. Estos inversores, que suman un 20 por ciento del capital, tienen en su mano evitar, entre otras cosas, que LetterOne pueda sacar de la bolsa española la compañía. De hecho, el enfado de los minoritarios es mayúsculo y más con la CNMV. A su juicio, el regulador ha mantenido una postura de "inacción" ante los movimientos de Fridman, algo que la institución dirigida por Sebastián Albella niega y apunta que investiga "todos los ángulos". No obstante, la CNMV sí reconoce que por el momento no ve irregularidades en la oferta (véase página 8). El consejo de administración de Dia sigue manteniendo, por ahora, sus planes, con una ampliación de capital en marcha por importe de 600 millones, a la espera de la negociación con Fridman.