La cuarta parte de sus clientes ya tiene contratados más de tres productosING acelera su paso en España tras el proceso de transformación que está llevando a cabo en los últimos años para adaptarse al entorno de tipos bajos y al impulso de la transformación digital. La entidad, que ha dejado a un lado la remuneración de las cuentas nómina y la Cuenta Naranja por los tipos de interés en negativo, ha encontrado otra serie de productos para enganchar a los usuarios, como las hipotecas o los fondos de inversión. Según el grupo holandés, la filial española es uno de sus principales motores y es un modelo a seguir por el comportamiento del negocio. ING, en nuestro país, ha conseguido aumentar la vinculación de sus clientes hasta el punto de que ya la cuarta parte de los mismos tiene contratados más de tres productos. En concreto, son el 25,6 por ciento de los casi cuatro millones de usuarios a los que ofrece sus servicios. En 2015, este porcentaje se limitaba al 22,3 por ciento, según los datos aportados por la matriz, que presentó ayer unos resultados globales de 4.703 millones en 2018 -un 4,1 por ciento menos por el pago de una multa por un caso de blanqueo de capitales-. Una de las claves de este progreso es el incremento en los clientes denominados principales, que superan el millón. Este número ha crecido en cuatro ejercicios un 35 por ciento, desde los 791.000 clientes de finales de 2015. Gracias a estos dos factores y al aumento de la actividad los ingresos recurrentes de ING en España han escalado en los últimos doce meses un 18 por ciento, hasta los 639 millones. El banco aclara que solo el 12 por ciento de estos -que incluyen margen de intereses y comisiones- proceden o están relacionados con los depósitos y las cuentas a la vista. Hace cuatro ejercicios la aportación de los recursos de la clientela eran básicos para la entidad que dirige César González-Bueno, ya que contribuían con casi la mitad de la facturación. El negocio de ING experimentó en 2018 un ascenso del 7,74 por ciento con respecto a 2017, hasta los 58.400 millones de euros, debido en parte al aumento de la producción hipotecaria. La entidad ha estado en todo momento en la guerra por la captación de préstamos para la adquisición de la vivienda con los precios más bajos del mercado. Recientemente ha modificado las condiciones de este producto y se ha anticipado a la reforma legislativa que entrará en vigor, previsiblemente, en abril con la asunción de todos los costes, incluido el de tasación del inmueble. A cambio, ha subido el tipo de interés que reclama, desde el euribor más 0,99 por ciento, hasta el euribor más un 1,11 por ciento. En cuanto a la transformación tecnológica, ING subraya que el 68 por ciento de sus ventas se realiza a través de los canales digitales, con una especial relevancia del teléfono móvil. En concreto, el 32 por ciento de las mismas se lleva a cabo a través de los smartphones, frente al 5 por ciento que representaba hace cuatro años.