CaixaBank planea el cierre de 793 oficinas tradicionales y la apertura de nuevos centros urbanos Store, para alcanzar 600 en tres años -cerró 2018 con 283-. Este proyecto conlleva una inversión de 250 millones de euros. Las oficinas Store están "dotadas de alta tecnología, especializadas en el asesoramiento al cliente, más grandes y con horario extendido", según su consejero delegado, Gonzalo Gortázar. "Haremos lo posible y lo imposible para lograr un acuerdo con los sindicatos, como hemos hecho siempre", afirmó el presidente del banco, Jordi Gual, respecto al Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que la firma está negociando con los representantes de los trabajadores, debido a la reestructuración en red y el esfuerzo en digitalización. Gual declinó adelantar los posibles costes que tendrá para la entidad o las fechas de aplicación del ERE, que afectará a 2.157 empleados -de los 36.000 que hay en plantilla-. "Queremos cerrarlo lo antes posible", dijo Gortázar. Los sindicatos demandan a la dirección que se garantice la voluntariedad en las salidas de trabajadores, mientras CaixaBank dotó 53 millones de euros para prejubilaciones en el último trimestre. Gortázar reafirmó la apuesta del banco por su red de oficinas rurales, que supera las 1.100. Aseguró que en los próximos tres años no se cerrará ninguna, si bien no descartó ajustes en plantilla y "medidas de flexibilidad". Crecimiento orgánico Jordi Gual ratificó la apuesta de CaixaBank por el crecimiento orgánico, "que nos dará grandes satisfacciones", y por "hacer de BPI el éxito que ya está siendo" en Portugal.