La presidenta del banco mostró ayer de forma pública su respaldo a José Antonio Álvarez como consejero delegado del grupo, tras el frustrado plan de nombrar en el cargo al banquero italiano Andrea Orcel, procedente de la filial británica de UBS. "José Antonio va a seguir de forma indefinida, ha hecho un gran trabajo", aseguró Ana Botín. Además, la ejecutiva añadió que Álvarez "es un buen soldado" y siempre hace lo que le toca. El banco anunció en septiembre el fichaje de Orcel como consejero delegado de la entidad. Su aterrizaje cambiaba el organigrama ejecutivo: Álvarez pasaría a ser vicepresidente del grupo y presidente de Santander España en sustitución de Rodrigo Echenique, que iba a abandonar sus funciones en enero de este año. Después de la marcha atrás del Santander en la contratación de Orcel, al tener que asumir una compensación de en torno a 50 millones por su salida de UBS, Álvarez ha tomado el cargo de vicepresidente del grupo, pero el puesto de presidente de España queda vacante. Según Botín, Echenique se mantendrá al frente del mismo hasta finales de marzo, aunque "estamos convenciéndole para que se quede un poco más", con el objetivo de buscar al candidato adecuado con tranquilidad. Por otro lado, la presidenta del Santander evitó pronunciarse sobre el caso de las escuchas que realizó el excomisario José Manuel Villarejo para BBVA y dijo que la entidad "es un gran banco y un competidor al que respetamos". Sobre la puja por la Ciudad Financiera del Santander, que ganaron los británicos hermanos Reuben, Álvarez dijo que confía en que se respete el contrato de alquiler que tiene el banco por la sede y también el derecho de tanteo.