Rafael Garesse Alarcón, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular en la Facultad de Medicina de la UAM, fue elegido rector de la Universidad Autónoma de Madrid -fundada en 1968- en mayo de 2017. Tras casi año y medio, el rector apuesta por un sistema de ayudas económicas que permitiera acceder a la educación superior a todos los jóvenes. Esta universidad celebra su 50 aniversario "afrontando un importante cambio de época y lo hacemos con entusiasmo, con ambición y con un alto sentido de responsabilidad", indica Garesse. ¿Cuáles son los principales retos futuros de la universidad? La internacionalización de los sistemas de enseñanza superior obliga a las universidades a competir en un mundo global en docencia, en investigación y en transferencia del conocimiento. Es necesario crear un ecosistema en el que convivan una docencia de alta calidad y un elevado dinamismo, una investigación competitiva que afronte tanto la generación de conocimiento básico, guiado por la curiosidad, como los grandes retos sociales, y una transferencia del conocimiento a la sociedad que genere impacto social. La universidad debe asumir además su papel de liderazgo social en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en la formación de su estudiantado en valores éticos y solidarios. Uno de los cambios más notables es el que se produce en el mercado laboral. ¿Cómo afronta la UAM el desafío de adaptar sus programas académicos a lo que demanda el mercado? Este cambio social continuo no puede llevarse a cabo sin abordar la actualización constante de nuestra oferta docente. La UAM aborda este gran reto con una oferta creciente de cursos abiertos online, los denominados MOOC, mejorando constantemente nuestras herramientas para la innovación docente y ampliando la oferta de dobles grados y de grados más abiertos, que ofrecen mayores posibilidades a los estudiantes para que elaboren su propio itinerario formativo. En los últimos tiempos hay quienes consideran que el buen hacer de la universidad española está cuestionado. ¿Está de acuerdo con esta afirmación? En el contexto en el que vivimos, con cambios disruptivos a todos los niveles, creo que las instituciones educativas son cuestionadas en cierto modo, al igual que lo son muchas otras en ámbitos como la economía, la sanidad o la política. Necesitamos definir con claridad qué se espera de la universidad en una sociedad que evoluciona a un ritmo tan acelerado, y teniendo en cuenta que la educación superior está en el centro del conocimiento. Esta responsabilidad es especialmente notable para las universidades investigadoras públicas de tipo generalista, entre las que se encuentra la UAM, que deben tener un impacto global en todos los ámbitos del conocimiento. Nuestra responsabilidad es cuidar al máximo nuestra docencia, nuestra investigación y nuestro compromiso con la sociedad en unas condiciones de máxima exigencia. ¿En qué punto estamos con el 3+2? El futuro va a depender del análisis y de la evolución del Espacio Europeo de Educación Superior en los próximos años. Estamos a las puertas de un proceso de convergencia de las universidades europeas, que posiblemente obligue a introducir cambios a corto plazo. Los nuevos grados que se oferten, que no existan en la actualidad, podrán optar por el 3+2, obviamente, siempre y cuando el plan de estudios se justifique acorde a los criterios establecidos. Los tradicionales seguirán como hasta ahora, 4+1, con la excepción de los grados de mayor duración. ¿Cree que sobran universidades en España? El número de universidades en España en términos comparativos, por millón de habitantes, es similar o inferior a la que tienen la mayoría de países europeos o un país como Estados Unidos. Por tanto, considero que no sobran universidades. Lo que caracteriza a nuestro sistema universitario es su homogeneidad, particularmente en el sistema público, que está compuesto en su inmensa mayoría por universidades investigadoras y generalistas que comparten objetivos muy similares. La puesta en marcha del Espacio Europeo de Educación Superior a finales de los años 90 y la creación de la Aneca en 2014 fue el sello definitivo para la homogeneización. Las diferencias existentes en la actualidad están en cierta medida condicionadas por las Comunidades Autónomas, de las que depende la financiación. La creatividad, la flexibilidad, y con ella la autonomía, en la práctica han casi desaparecido. Las universidades españolas no lideran los principales 'rankings' internacionales. ¿Por qué cree que sucede esto y qué sería necesario para que cambie? La situación no es mala, sobre todo si tenemos en cuenta las actuales circunstancias en materia de financiación. Sin entrar a valorar otras universidades, la UAM figura décima en el ranking mundial QS top 50 under 50 2018, es tercera a nivel europeo y primera en España. En cuanto al QS World University ranking 2019, hemos subido 28 puestos, ocupando el lugar 159 entre las mejores universidades del mundo y siendo identificada por primera vez como la mejor universidad de España. Por materias, en el ranking ARWU, la UAM aparece en una excelente posición en Física y Matemáticas, concretamente entre los puestos 51-75, posición en la que lleva ocho años consecutivos, siendo una de las áreas con mejores resultados de la universidad. Para que la posición de las universidades mejore aún más en los rankings internacionales sería precisa una financiación muy superior a la actual y un mayor grado de autonomía en la gestión de nuestras instituciones.