El Grupo Miquel y Costas ha hecho del negocio familiar de los papeles finos y especiales -que se remonta a 1725- un proyecto multinacional rentable y con vocación de seguir creciendo, sin prisa pero sin pausa. Con más de un siglo de experiencia exportadora, se basa en la especialización y la innovación para competir a nivel global. Tras un 2017 de resultado récord, prepara una nueva etapa de crecimiento. Ahora están en modo compras, con Clariana antes de verano... La estrategia de la compañía es poder desarrollar un proyecto de crecimiento de nuestro proyecto industrial. Significa vertebrar ese crecimiento en varias vías: una es la mejora de la eficiencia de nuestros procesos, junto con seguir innovando con la introducción de nuevos productos. También tenemos un plan de inversiones para hacer crecer nuestra capacidad productiva en alrededor del 10 por ciento. Y otro gran eje es el del crecimiento inorgánico. Cerramos la compra de Clariana el 25 de julio y ahora estamos centrados en su integración. Una vez finalizado ese proceso podremos volver a plantear oportunidades de crecimiento inorgánico. En cualquier caso seguimos atentos, pero desde una perspectiva reactiva y no proactiva. ¿Tenían algún negocio de papel y cartón de colores antes de comprar Clariana? Es una gama de productos totalmente nueva. Añadimos un portfolio nuevo de productos de muy alta calidad muy bien valorados en el mercado y que nos amplía el abanico de negocio. ¿Hacia dónde quieren ir en nuevos productos? No descartamos nada, estamos trabajando tanto en el segmento del sector del tabaco como en el de los productos industriales. Ahora hay un gran movimiento en el mundo y particularmente en Europa en contra de los plásticos de único uso. Hemos desarrollado bolsas de té compostables, y también estamos en temas del sector del automóvil y de cápsulas de café. Como presidente de Aspapel, ¿es una oportunidad para el sector papelero esta tendencia de rechazo al plástico? No se trata de ir en contra del plástico, sino de poder dar a la sociedad productos más respetuosos con el medio ambiente. La ventaja de nuestros productos es que son reciclables, y el paradigma de la economía circular es el sector de papel, que utiliza una materia prima que es reutilizable. ¿Han notado más demanda de productos de papel? El tema de la bolsa de papel está creciendo, y se está innovando en temas como las pajitas de papel y bandejas de celulosa. El sector tiene una gran oportunidad en poder dar alternativas al consumidor y al envasador que sean medioambientalmente más respetuosas. Eso también implica esfuerzos adicionales de inversión en innovación. El comercio electrónico también está favoreciendo que se necesiten muchos embalajes de cartón... Hay mayor demanda y hay incrementos en las capacidades de producción y en el uso de las ya instaladas. En nuestro caso, con la adquisición de Clariana, uno de los nichos que queremos hacer es el packaging de lujo. No vamos a volumen, sino a la parte alta de la pirámide de valor. ¿Qué momento vive la industria papelera española? La cadena del papel pesa el 4,5 por ciento del PIB, el 8,8 por ciento de la facturación de la industria, y genera un valor añadido por encima de la media española y el 20 por ciento del empleo industrial.