Merced a un acuerdo entre los gobiernos autonómicos de Madrid y Canarias, este año el mítico reloj dará las campanadas cuando sean las doce de la noche en la Península y también cuando toquen en el archipiélago, una iniciativa que pretende reivindicar la singularidad canaria y la cercanía de la capital con las islas. Así, el relojero Jesús López, que lleva dos décadas sin comerse las uvas en Nochevieja porque es el encargado de tener a punto el reloj, tendrá que hacer un doble turno de trabajo. Para López y sus compañeros supondrá echar horas extra, aunque el relojero no parece muy molesto con la novedad, más bien al contrario. Y asegura que todo será exactamente igual que cuando tocan las campanadas peninsulares. "Una vez que llegue el reloj a las doce y cuarto lo que vamos a hacer es retrocederlo una hora. Serán las once y cuarto. A continuación, cambiaremos la sonería, para que a las doce (canarias) no suele sólo una campanada (...) y luego lógicamente habrá que esperar", explica el relojero. Quince minutos después de las campanadas insulares, se devolverá el reloj a su estado original. Los responsables de garantizar la bienvenida a 2019 llegarán a sus puestos, como de costumbre, a las once de la noche, momento en que comprobarán que las campanadas correspondientes a esa hora suenen con normalidad.