La andaluza pugna por lograr una representatividad de al menos un 60% y la asturiana opina que debe ser inferiorUnicaja y Liberbank afrontan las negociaciones sobre su futura fusión por absorción con la ecuación de canje económica como protagonista para inclinar la balanza. La horquilla varía en función de las partes negociadoras que, en un caso acercan la mayoría del control -hasta por encima del 60 por ciento- a Unicaja, dejando a Liberbank con el 40 por ciento restante y, en otro caso, igualan la participación dándole al grupo asturiano hasta el 47 por ciento del dominio del nuevo banco resultante, según informan a elEconomista fuentes cercanas a las negociaciones. La clave para que esta unión anunciada salga adelante estará en el reparto de control que se dirime en las actuales conversaciones lideradas directamente por el presidente del grupo andaluz, Manuel Azuaga, y el consejero delegado de Liberbank, Manuel Menéndez. Escenarios de reparto Una asignación objetiva en base al volumen de activos de ambas entidades a cierre del tercer trimestre del año daría a Unicaja el 60 por ciento de la participación en el grupo, frente al 40 por ciento de su nuevo compañero de viaje. Concretamente, el banco andaluz aportaría al grupo resultante de la fusión 56.843 millones de euros en activos, frente a los 37.131 millones de euros que suma Liberbank. La cuenta es muy similar si la base del canje se calcula sobre el valor en bolsa actual de los dos grupos. Mientras Unicaja tiene un precio de 1.794 millones, el de Liberbank es de 1.288 millones, lo que situaría el reparto de control en el 58,21 por ciento de la entidad andaluza, frente al 41,79 por ciento que se quedaría el banco que encabeza Menéndez. La tercera ecuación de canje sería en base al precio objetivo del consenso del mercado, que da un valor a Unicaja de 2.395 millones de euros y a Liberbank, de 1.738 millones. Este escenario repartiría la participación de cada banco en el nuevo grupo en un 57,96 por ciento para la entidad que dirige Azuaga y en un 42,04 por ciento para la asturiana. Finalmente, el reparto en base al beneficio esperado igualaría el canje dotando a Liberbank de un mayor control. Los analistas mantienen una previsión de resultado a cierre de este ejercicio para Unicaja de 155 millones de euros y para su compañero de fusión, de 126 millones de euros. Estas cifras situarían el reparto de gobernanza en un 55,17 por ciento para Unicaja y hasta del 44,83 por ciento para Liberbank. Plazos del proceso Los dos grupos preparan en la actualidad la due diligence (evaluación que verifica el valor real del negocio en un proceso de compra) con el objetivo, si salen los números, de presentar el informe de integración a sus respectivos consejos a finales de enero. Una vez obtengan luz verde los órganos ejecutivos, la operación tendrá que ser aprobada por las juntas de accionistas de cada entidad que, previsiblemente, se celebrarán en abril. A partir de ahí, habrá quedado cerrada la fusión a falta del visto bueno de las autoridades reguladoras competentes. La unión generará un ahorro de costes a tres años de unos 200 millones de euros, lo que supone el 50 por ciento de la base de gastos actual de Liberbank. Sin embargo, para lograr estas sinergias el grupo debe pasar antes por el proceso de reestructuración que, tan sólo para ajustas la red de oficinas y plantilla, podría conllevar un coste de unos 389 millones de euros. Los distintos analistas señalan que Liberbank deberá limpiar su balance de cara a la fusión. Entre ellos, Alantra destaca que la entidad tiene unas necesidades de provisiones para cubrir sus activos inmuebles de entre 200 y 250 millones de euros, lo que supondría elevar la cobertura del 49 al 60 por ciento. En cuestión de red, la unión dejaría un nuevo banco con 10.849 empleados -el doble de los que tiene Bankinter en la actualidad- y 1.866 oficinas -hasta cuatro veces más que la entidad que encabeza María Dolores Dancausa-. La complementariedad geográfica situaría al grupo resultante líder en cuatro comunidades autónomas: Extremadura, Asturias, Castilla-La Mancha y Castilla y León. En Cantabria, el nuevo grupo tendría una cuota de mercado del 30 por ciento, al mismo nivel que el Banco Santander. En Andalucía, tierra por excelencia de Unicaja, aún seguiría dominando la región CaixaBank por cuota de mercado (tiene un 26 por ciento) frente al 18 por ciento que sumaría la entidad fusionada. La duplicidad de la red de oficinas sería de en torno al 10 por ciento, por lo que los expertos estiman la necesidad de suprimir 233 sucursales, la mayoría de ellas, es decir, 88, en Madrid. No obstante, los analistas ven insuficientes estos ajustes para obtener las sinergias esperadas y apuntan a mayores recortes. Manuel Azuaga aseguró el lunes que el banco trabaja para que el nuevo grupo mantenga la sede en Málaga, como tiene Unicaja.