Su nuevo plan estratégico deja de lado las adquisiciones hasta 2022CaixaBank presentó ayer un plan estratégico continuista con la hoja de ruta mantenida en el periodo 2015-2018. En este sentido, la entidad que preside Jordi Gual ha establecido el objetivo de repartir al menos el 50 por ciento de sus beneficios como dividendo, y se ha marcado el listón de alcanzar un ROTE (Rentabilidad sobre el capital tangible) por encima del 12 por ciento en 2021. Esta rentabilidad supera la prevista en el plan hasta 2018, que estaba establecida entre el 9 y el 11 por ciento y en la actual del grupo. Al cierre de septiembre, el ROTE se situó en el 9,4 por ciento, logrando superar el coste del capital. Teniendo en cuenta las estimaciones de beneficio de los analistas a tres años, con este plan, CaixaBank podría repartir más de 3.700 millones en dividendos entre 2019 y 2021. Gonzalo Gortázar, consejero delegado, y Jordi Gual, presidente, insistieron durante la presentación que esta política de retribución es clave porque "revierte" en la sociedad. "Un 40 por ciento de nuestro beneficio se destina a obra social a través de la Fundación bancaria laCaixa", insistió Gorzátar. El nuevo plan estratégico no contempla el pago de dividendos extraordinarios en caso de exceso de capital, como sí incluía el anterior, pero el grupo lo considerará para establecer su política de retribución ordinaria. Por ejemplo, de cara a 2019, el consejo propondrá abonar un dividendo máximo equivalente al 60 por ciento del beneficio; lo que abre la puerta a batir el mínimo del plan. Durante el periodo 2015-2017 repartió el 56 por ciento de sus ganancias. De acuerdo su nueva hoja de ruta, el crecimiento de CaixaBank en los próximos años se sustentará sobre el crecimiento orgánico. "El plan estratégico no contempla adquisiciones", apuntó Gual. Sin este apoyo extra, CaixaBank espera acelerar su rentabilidad a través de un crecimiento de los ingresos core por encima de los gastos. En este sentido, anticipa que la primera magnitud mejorará, de media, en torno a un 5 por ciento anual hasta 2021, frente al 3 por ciento de los gastos. Así, espera un aumento del 5 por ciento en el margen de intereses; de un 4 por ciento en las comisiones y de hasta un 10 en el negocio de seguros cada ejercicio. También espera que la tasa de morosidad se coloque por debajo del 3 por ciento en 2021, frente al 5 por ciento con el que despedirá 2018. A lo largo de los proximos tres años, CaixaBank continuará apostando por la transformación digital, aunque manteniendo una dualidad entre los servicios por Internet y la oficina. El consejero delegado de CaixaBank cuantificó en 800 millones las inversiones en tecnología que afronta anualmente el banco y adelantó que espera que en 2021 el número de clientes de su canal de atención digital, inTouch, alcance los 2,6 millones, frente a los 600.00 actuales. En paralelo, prolongará la estructuración oficinas, lo que conllevará una reducción de plantilla sin cuantificar. De los 4.461 centros en 2018, pasará a 3.640 en 2021. Este recorte se centrará en los núcleos urbanos -no afectará a la red de AgroBank, que da servicio en áreas rurales-, donde impulsará su modelo Store. CaixaBank espera alcanzar una red de 600 oficinas de este tipo, frente a las 285 de 2018; un modelo un 21 por ciento más productivo que el tradicional.