La multinacional helvética ha sabido diversificar su investigación en todos los frentes y abrir nuevos escenarios con las tecnologías más punteras, como es el caso de la disruptiva terapia celular, donde ha marcado un importante hito este año con el lanzamiento de Kymriah en el tratamiento del linfoma. Asimismo está avanzando en su estrategia digital de seguimiento del paciente para aportar nuevos datos a su investigación y mantiene una fuerte inversión en su área cardiológica, oncológica a través de una unidad específica u oftalmológica con Alcon. No ha desaprovechado tampoco la oportunidad que ofrece el desarrollo de biosimilares, como antes hizo con éxito con su división de genéricos Sandoz, y está abriendo nuevas áreas de investigación muy prometedoras en esclerosis múltiple, migraña o degeneración macular que, sin duda, integran una de las carteras de medicamentos más completas de la industria farmacéutica.