Alomos de un caballo es posible descubrir los lugares más recónditos del país, de la forma más emocionante. A trote, para los más cuidadosos -o los que se están iniciando-, y a galope, para los más atrevidos, España ofrece la posibilidad de atravesar muchas de sus regiones junto a estos animales, pues contamos con un total de 36 itinerarios ecuestres homologados. Suele tratarse de caminos tradicionales en el medio rural y su homologación indica que cumplen con los requisitos de seguridad y calidad. Para vivir una experiencia de equitación, las mejores épocas del año son la primavera y el otoño, ya que, además de contar con un clima favorable para disfrutar de esta actividad, la frondosa vegetación y los paisajes decorados con los colores más cálidos ofrecen al jinete una panorámica de ensueño. Tanto profesionales como aficionados disponen de rutas adaptadas a su nivel y exigencia por todo el territorio. En este sentido, encontramos dos de los senderos ecuestres más afamados y recomendados por los amantes de este mundo en Badajoz, Extremadura. La Ruta del Agua y la Encina (Badajoz) Este camino comienza en Burguillos del Cerro y transita alrededor de 53 kilómetros por los alrededores de dicha provincia pacense. Se estima que el camino se transita en tres días, con una dificultad media. El primer día, a través de 11,3 kilómetros aproximadamente, se descubre la Cañada Real y las Minas. Esta primera parte consta de dos horas y media de trayecto y arranca en el puente medieval de la localidad, dejando Burguillos del Cerro a la derecha. Ahí, continuando por la Cañada Real, se atraviesa la presa hasta llegar a la cola del embalse. Es recomendable cenar en este enclave para disfrutar del paisaje. Una vez de noche, comienza el trayecto de vuelta por el camino más corto, dejando el Castillo a la izquierda. En el segundo día la ruta es de 28 kilómetros. Con dos horas y media en la primera travesía, se conocen varios puntos de interés. La salida se marca en la plaza Gabriel y Galán hacia la Ermita de San Isidro, hasta llegar a La Majada, un lugar donde suele realizarse una degustación con productos de la zona. Tras la comida, se inicia el camino de vuelta, con la misma duración, que también cuenta con una parada para descansar mientras se disfruta de la más plena naturaleza. En el último día es posible conocer la huerta pacense más tradicional. Con 13,5 kilómetros de travesía, desde el Ayuntamiento de la localidad hacia el Castillo, se pueden apreciar los huertos locales y sentir el espíritu extremeño. Después, dirección sur, se continúa por el camino de sierra gorda hasta llegar a la fuente del Pilar, una parada para que los caballos descansen. En la segunda parte, siguiendo por el camino que une Burguillos con Alconera, se encuentra el punto de partida de la primera localidad. La Ruta de las Dehesas y Estepas de la Serena (Badajoz) Situada al sureste de Extremadura y con una extensión de más de 3.000 kilómetros, la Serena está considerado uno de los ecosistemas faunísticos más importantes de Europa. Alberga tres Zonas de Especial Protección para las Aves, el Embalse de Orellana, la Sierra de la Moraleja y La Serena-Sierra de Tiros. La ruta comienza en el centro ecuestre de Castuera, donde se puede disfrutar de una visita guiada al Museo del Turrón y al Centro de Interpretación de la naturaleza de La Serena. Tras esto, desde Castuera dirección Puerto Mejoral, comienza un recorrido de 27,3 kilómetros, que atraviesa el barrio histórico del Cerrillo y las dehesas del Bercial mediante el camino Mozárabe a Santiago. Aquí, se establece una parada obligatoria para almorzar y disfrutar de este peculiar hábitat. Después, se parte a la localidad de La Nava, desde donde se introduce en las serranías de La Serena, para llegar a las inmediaciones del poblado de Puerto Mejoral. Una vez en este enclave, comienza la segunda etapa, con alrededor de 19,9 kilómetros. Tras pasar por la localidad de Benquerencia de la Serena, donde se divisa su espectacular Castillo Almohade, se llega a los parajes de la cuevas de las Calderetas con pinturas rupestres y a Puerto Ancho, un lugar con curiosas construcciones pastoriles. Una vez aquí, se retorna al punto inicial para dar por concluida la ruta equina.