Ebro Foods prevé cerrar 2018 con un beneficio neto de 148 millones de euros, un 33 por ciento menos que un año antes, pese a que sus ventas mejoran y acabarán el ejercicio con una subida de en torno al 5 por ciento, hasta superar los 2.633 millones. La compañía ha sufrido un incremento del precio de la materia prima en arroz, además de un aumento de los costes logísticos en EEUU, donde ha sacrificado márgenes para subir sueldos y retener plantilla ante la situación de pleno empleo. Ebro ganó 99,7 millones en los nueve primeros meses, un 22 por ciento menos. Las ventas crecieron un 5 por ciento, hasta 1.922 millones.