El golpe del Tribunal Supremo es solo el último palo en las ruedas de un sector bancario fuertemente golpeado durante los últimos meses. Primero el retraso en una subida de tipos en la eurozona -no se espera antes de septiembre de 2019-, luego la crisis emergente desatada por Turquía y, posteriormente, el desafío del Gobierno italiano a Bruselas han torpedeado un sector que ya es el más bajista de la eurozona en lo que va de año. La industria sufre un retroceso del 23,3 por ciento en 2018 y entre las entidades del Euro-Stoxx solo el italiano Finecobank y el austriaco Erste Group se libran de las caídas. En el caso de las entidades españolas -cuya temporada de resultados arranca la semana que viene- el descenso medio es del 17 por ciento, si bien acotando el desplome a los bancos del Ibex 35 se amplía hasta el 20 por ciento. La peor parte en lo que va de 2018 se la lleva BBVA, al acumular un retroceso del 27,5 por ciento. La entidad se ha visto fuertemente penalizada por las turbulencias vividas en Turquía. La firma obtuvo en el primer semestre el 11,5 por ciento de su beneficio en el país, si bien las estimaciones de los analistas apuntan a que en el tercer trimestre del año la aportación será completamente residual después del desplome vivido por la lira. El segundo banco más bajista es Bankia, que retrocede un 25,5 por ciento. A la entidad se le acaba el tiempo para acabar su proceso de privatización y todo apunta a que será imposible cumplir con los plazos fijados por el BCE. Mientras, el Santander sufre un retroceso del 24,5 por ciento, arrastrado por las dudas sobre los emergentes, debido a su elevada exposición a Brasil.