"La fuerza de Italia, que ningún otro país de los que están sentados en esta mesa tiene, ni los franceses ni los españoles, es el ahorro privado que no tiene igual en el mundo". La semana pasada el vicepresidente italiano Matteo Salvini anunció, durante la cumbre de los ministros de Interiores del G-6 (Francia, Alemania, España, Reino Unido, Italia y Polonia), su estrategia para compensar la retirada de las compras del BCE y de los fondos internacionales: incentivar a los italianos para que compren Bonos del Tesoro nacional. Según Salvini, el ahorro de los italianos "de momento es silencioso y se invierte en activos extranjeros. Yo estoy convencido de que los italianos puedan ayudarnos". El ministro de Interior en entrevistas a los medios italianos ha aclarado que no se trata de "pedir el oro para la patria" (medida realizada por el régimen fascista de Mussolini para financiar la guerra colonial en 1935) ni de aumentar la carga tributaria sobre los patrimonios, sino de incentivar la compra de deuda pública por parte de las familias. El Gobierno está pensando también lanzar un proyecto llamado "cuenta individual de ahorro" que incentive desde el punto de vista fiscal la compra de Bonos del Tesoro hasta los 3.000 euros de activos por cada persona. Reunión con empresas Mientras tanto, el primer ministro Giuseppe Conte convocó a 13 grandes empresas de control público para explicarles la ley presupuestaria y pedirles que aumenten sus inversiones. De momento solo el banco postal público CDP ha anunciado que llevará a cabo inversiones por 35.000 millones durante los próximos cinco años, en diferentes sectores económicos. El aumento de inversiones, según defiende el Ejecutivo, es clave para estimular la economía italiana y alcanzar los objetivos de crecimiento fijados en las recientes previsiones económicas.