Leica adapta su M8 a las nuevas tecnologías pero sin modificar su aspecto ni su sistema telemétricoDicen que la belleza está en el que mira. Y ver a través de una Leica es toda una experiencia estética. Genuino objeto de culto en su versión analógica, la cámara de los fotorreporteros de la agencia Magnum por fin ha decidido a adaptarse a los nuevos tiempos transformándose en digital. La Leica M8 conserva la legendaria calidad de imagen que los fotógrafos profesionales han buscado siempre detrás del logotipo rojo de estas cámaras de fabricación alemana. Utiliza un sensor poco ruidoso desarrollado de forma exclusiva por Kodak para este modelo que se combina a la perfección con su sistema de lentes, lo que desemboca en una resolución de 10,3 millones de píxels. Su sensibilidad va desde los 160 a los 2.500 ISO, y según dicen sus promotores, "la calidad del detalle puede ser comparada a la que se consigue con película analógica". Además, conserva el aspecto y la ergonomía de las compactas creadas hace 50 años. Por lo menos, en su parte delantera, ya que por detrás incorpora un visor digital de 2,5 pulgadas. Por supuesto, es compatible con la mayor parte de los objetivos fabricados por la marca desde mediados del siglo pasado. Eso sí, sin concesiones: nada de autofocus, ni de programas automáticos. Mantiene su peculiar sistema de enfoque telemétrico, que nada tiene que ver con el resto de equipos del mercado. Presentada hace poco en la feria Photokina de Colonia, este gadget de lujo estará disponible a finales de noviembre en dos colores, negro y plateado, y a un precio disuasorio: 4.800 dólares. Por diez veces menos, Leica también fabrica para el común de los mortales la serie Lumix, en colaboración con Panasonic. Aunque, claro está, no es lo mismo. A no ser que sea verdad que la belleza está en la mirada y no en la cámara.