La apuesta por la tecnología resulta vital para la salud de algunas personasFrente al grupo de periodistas aparece un hombre en silla de ruedas. Estamos en una empresa llamada ReWalk Robotics en tierras israelitas, llegamos después de hospedarnos en la ciudad de Haifa, la tercera más grande del país, después de Jerusalén y Tel Aviv. Radi Kaiuf es el hombre postrado en la silla de ruedas. Hace 30 años el israelita recibió tres disparos en Líbano. En pocos segundos, el hombre se coloca un tipo de esqueleto mecánico alrededor de cadera y piernas, entonces ocurre algo llamativo a la vista de todos, Radi comienza a mover sus piernas e incluso sube escaleras. Aunque los movimientos de Kaiuf son ligeramente robotizados, hay una sensación diferente por verlo de pie y en movimiento dentro de una sala del edificio corporativo de ReWalk. La silla de ruedas quedó atrás y ahora el hombre israelita nos acompaña a dar una breve caminata en el pasillo de la empresa. "El sistema con el que camina Radi tiene cuatro motores, dos en caderas y dos en las rodillas, a la altura del tobillo tiene un resorte amortiguador, todos los resortes están conectados al computador de la mochila, hay una batería principal y una secundaria", explicó Yishai Potak, director para mercados emergentes de Rewalk Robotics. Con el sistema, Radi Kaiuf ha caminado medio maratón en la ciudad de Tel Aviv, además de que en sus propias palabras el cambio ha sido radical tanto en el trato con sus hijos, con su esposa y, en aspectos médicos, ya que levantarse de una silla de ruedas deja de atrofiar ciertos órganos de su cuerpo y evitar ciertas enfermedades. "Para un paralítico estar parado es como ir al gimnasio para una persona normal, me siento fuerte, puedes hablar a la altura de los ojos, ir a la playa, caminar sobre la arena, el césped y se carga como un móvil", dice el padre de cuatro hijos. El fundador de ReWalk, un investigador israelita que también tenía paralizada la mitad de su cuerpo, se preguntaba por qué después de 2.000 años las sillas de ruedas eran la única solución para la parálisis. En 2001, el doctor Amit Goffer fundó la empresa que había comenzado desde el garaje de su casa. Más tarde recibió la autorización de la FDA (Food and DrugAdministration) de Estados Unidos. "Hemos vendido más de 360 sistemas, 117 en el último año y cotizamos en la Bolsa de Valores de Nueva York", dice Yishai Potak, quien prevé mantener el mismo de ritmo de ventas de su aparato este 2018. Estados Unidos es el principal comprador, pero también tiene presencia y quiere aumentar sus ventas en América Latina. En reunión con medios, Yishai Potak asegura que el crecimiento de la empresa debe parte de su éxito al entorno de apoyo a las startups o nuevas empresas en Israel. Otra compañía nos abre las puertas de su corporativo. Se llama BioSense Webster, que ahora es propiedad de la multinacional estadounidense Johnson & Johnson. La empresa desarrolló una tecnología de mapas y navegación para llegar al corazón con una visión en tercera dimensión, lo cual ayuda a tratar las arritmias cardiacas. "En Israel, a diferencia de Latinoamérica no hay distancia entre los que dirigen y los dirigidos, tampoco en el Ejército, hay respeto pero no se guarda distancia, además hay relación entre el gobierno y el sector privado, así como con las universidades", dice Imre Farkash, consultor de Biosense. La empresa por ahora tiene producción en varios países, incluido México, en Juárez, Chihuahua, y su objetivo es mantener el crecimiento en la región latinoamericana. Otras áreas Sin embargo, los israelitas no solo tienen investigaciones en temas de salud, también en el sector financiero hay corporativos innovadores. Este es el caso de TheFloor, una empresa con apenas tres años de antigüedad que opera con seis de los bancos más grandes a escala internacional. En el corazón financiero de Israel, El Universal visitó el edificio de la Bolsa de Valores de Tel Aviv, donde Moisés Cohen, cofundador de The Floor explicó el modelo de negocio para la creación de su empresa, en el cual el objetivo fundamental es crear el banco del futuro. "Somos una plataforma fintech exclusiva, nuestros clientes solo son seis bancos con un trillón de dólares en activos, los bancos vienen a Israel para que se resuelvan temas y nosotros buscamos a las startups que los puedan ayudar". En Israel, muchas startups son iniciadas por personas que vienen del Ejército. La idea surgió porque cada año vienen a Israel 250 delegaciones de distintos países, 70 bancos y todos ellos quieren hacer innovación, se nos ocurrió montar The Floor con bancos internacionales y trabajar en Israel", comentó el empresario. El modelo de negocio de The Floor consiste en que los bancos les piden solucionar ciertos problemas internos a través de la tecnología y la empresa busca la mejor opción de especialistas en Israel, registrados en una base de datos de startups.