El consumo de éste se ha desplomado un 45 por ciento desde el año 2000 y las bodegas no encuentran solucionesmadrid. La España del carajillo, el sol y sombra y la copa de brandy en la sobremesa ha pasado a la historia. Ahora lo que manda es el whisky de malta, el ron añejo o incluso el tequila mexicano. Las ventas de anís han caído un 20 por ciento en los últimos seis años. Y con el brandy, la situación es aún más preocupante. Desde 2000, el consumo se ha reducido un 45 por ciento y la tendencia, lejos de mejorar, empeora. Bodegas como Domecq, Gonzalez Byass, Osborne o Garvey no saben ya lo que hacer. Los españoles apenas consumimos 0,6 litros de brandy al año, una cifra irrisoria en la España de nuestros abuelos. Los productores de Jerez está empeñado en cambiar la imagen del producto y lograr que los jóvenes empiecen a beberlo combinado con cola, limón o naranja. Estereotipos muy marcadosPero cambiar los estereotipos es muy difícil. Osborne lanzó hace unos años una botella mucho más estilizada, bajo la marca Toro. El objetivo es cambiar la sobremesa del restaurante por la copa de madrugada, pero tampoco se ha alcanzado el objetivo esperado. Evaristo Babé, presidente del Consejo Regulador de Jerez, no oculta su preocupación. "Nuestras ventas han caído un 20 por ciento el año pasado", reconoce. Pero, ¿cuál es la explicación?. Además de las últimas subidas de impuestos y el cambio de tendencias en el consumo, Babé asegura que en los últimos años "ha habido políticas y declaraciones demagógicas en contra de las bebidas alcohólicas, sin diferenciar entre el consumo responsable y el abusivo".Más calidadLos expertos reconocen que bebemos menos -el consumo de bebidas alcohólicas ha caído un 15 por ciento desde 1990-, pero insisten en que cuando lo hacemos exigimos marcas conocidas y productos de calidad. Con el alcohol está pasando algo parecido a lo que ocurre con el vino. "Desaparece el de mesa y el envase de brik, pero cada vez hay mayor variedad de caldos y denominaciones de origen", explica Javier Artiach, director general para España y Latinoamérica de Canadean, una consultora británica especializada en el sector de las bebidas. Para Artiach, las razones de este cambio de tendencias son evidentes: el poder adquisitivo de los españoles ha crecido al mismo tiempo que lo hacía su responsabilidad. "Nos preocupamos cada vez más por mantener unos hábitos de vida saludables y las campañas contra el consumo abusivo están surtiendo además efecto", asegura.Los jóvenes siguen prácticando el botellón en las calles, pero, al contrario de lo que se pudiera pensar, el consumo es menor que en muchos países de nuestro entorno. Si contamos los casi 55 millones de turistas que nos visitaron el año pasado, cada uno de nosotros bebió una media de 4,5 litros de alcohol en 2005, apenas un poco más que la media de la Unión Europea.El ron es el reyTanto en un caso como en otro el rey de los espirituosos tiene un nombre propio: el ron oscuro. Es la única bebida que no sólo aguanta la resaca de la crisis, sino que crece con fuerza. Mientras que casi todos los demás están estancados o caen, la bebida de los piratas crece al 12 por ciento. Ha pasado a la ginebra como la tercera bebida más consumida de España y está a punto de alcanzar al brandy. Y si el ron blanco tiene un líder indiscutible, Bacardí, en el oscuro ocurre algo similar. De cada tres veces que alguien pide un combinado con este producto, una de ellas reclama Cacique, una de las marcas estrella del grupo británico Diageo. Ni Havana Club, Brugal, Barcelo, Negrita o Pampero le pueden hacer sombra. Es algo parecido a lo que ocurre en el whisky con J&B, el gigante de Diageo. De cada diez veces que alguien abre una botella, cuatro es de esta marca, y así nadie puede con él.