Son algunos de los argumentos que da la industria maderera para impulsar su usoEva Contrerasmadrid. Cuando pensamos en un idílico paisaje montañoso alfombrado con nieve, la imaginación suele colocar una pequeña cabaña de madera al pie de la ladera. ¿Se ha preguntado por qué? Gran parte de las casas edificadas en regiones con gélidos inviernos a las que viajamos o visitamos a través del televisor, se construyen con el material natural por tradición, economía y salud. "Es el mejor aislamiento térmico tras el corcho porque se adapta al clima: absorbe la humedad y, en verano, se contrae evitando que penetre el calor, ahorrando así catarros y alergias". Son argumentos de Pilar Calvo, presidenta de 'Vivir con Madera', un proyecto impulsado desde Europa y en el que se ha embarcado la industria nacional casi en pleno para convencer a constructores, arquitectos y ciudadanos de las bondades de la madera.Fenómeno IkeaY es que, en España, la madera es casi una desconocida para la construcción, mientras que en Estados Unidos y los países nórdicos está en la edificación de más del 90 por ciento de las casas. Hay riesgo de verla relegada en la decoración por enseres industriales y el sector ya se siente "tocado" por el 'Fenómeno Ikea' y la incesante importación de tablones a precios imbatibles. Hay mucho en juego: 39.225 empresas, que dan trabajo a 236.468 personas y facturan 21.120 millones de euros, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Y son frágiles a grandes embites por su escasa dimensión. Un 99 por ciento son pymes. El 34,5 por ciento ni siquiera tienen asalariados.Madereros, ebanistas y toda suerte de empresarios ligados a la industria se pusieron manos a la obra en 2005 en Europa para sacarla del anonimato y fomentar su uso. Con la vista en 2010 para presentar resultados, se repartieron tareas a algunos países para que analicen qué falla y aporten soluciones. Al grupo español, liderado por la patronal Confemadera, le tocó analizar las debilidades y fortalezas en decoración e interiorismo. A Bélgica, por ejemplo, en construcción.Las primeras introspecciones sorprenden al sector. "Existe un gran desconocimiento por parte de los arquitectos", explica Calvo. Para adoctrinarles sobre las virtudes han creado grupo de trabajo y un folleto divulgativo. ¿Que dice..? "Que la viga de madera es muy resistente. Más que el hormigón. Y más flexible. Se tiene además la falsa idea de es un riesgo en caso de incendio, pero su combustión es progresiva y colapsa menos que otros elementos como el acero, que se funde". Convencer al consumidorTampoco convence al consumidor final. "No saben -dice Calvo- cómo tratarla ni que se estropea menos que otros materiales. Debemos lograr que pierda el miedo, enseñándoles a conservarla". En este ejercicio de ensalzar bondades, pone el acento en la salud y la economía. Los muebles y suelos de madera ayudan a mantener constante la temperatura, lo que "contribuye a reducir el consumo energético", con calefacciones y aires acondicionados. Sin saltos bruscos del termómetro se minora el riesgo de catarros y las alergias y asmas, al absorber también la humedad. Con tantos alicientes ¿porque se vende mal? "Tiene mala prensa", se queja. Los madereros irán, incluso, a los colegios para enseñar a los más pequeños que es bueno talar árboles si se reforesta porque absorben más dióxido de carbono cuando están creciendo. Y dan una cifra: sólo con elevar un 10 por ciento el uso de la madera en Europa, se logrará un 25 por ciento de la reducción del dióxido de carbono previsto en el protocolo de Kyoto.