Julio Iglesias y su amigo el modisto Óscar de la Renta participan en la apertura de un exclusivo hotel en la República Dominicana. Por Chema YbarraSi a alguien le interesa saber qué hace Julio Iglesias con todo el dinero que ha acumulado con sus números uno, no tiene nada más que pasar unos días en Punta Borrachón (rebautizada como Punta Cana por el miedo al qué dirán cuando comenzó su explotación turística). Allí es donde se encuentra gran parte de sus inversiones. Pero no crea que su localización es tan fácil: al aterrizar en el aeropuerto pensará que todo es Punta Cana y no es así. De este nombre se han apropiado otras áreas cuando pertenece en puridad al golf, resort y complejo de viviendas que explota el grupo Puntacana, que fue la primera empresa en llegar a esta parte de la República Dominicana. Creada a principios de los años setenta por un empresario dominicano y un abogado laboralista neoyorquino, pronto contó con el capital del cantante español y del modisto Óscar de la Renta, también dominicano pero afincado en Nueva York desde hace años. Sobre el terreno que el grupo compró entonces, comenzó un plan de expansión que sigue hasta hoy: otro campo de golf, un spa, más casas... Hoteles sólo había uno, hasta la apertura hace pocos meses del exclusivo resort Tortuga Bay, compuesto de 15 grandes villas rodeadas de palmeras junto a laplaya.ExpectativasSituadas de espaldas a los bunkers, ofrecen todo lo que se puede esperar de un sitio así. Sin resultar sorprendente por su diseño, colma todas las expectativas, pues sus servicios son del más alto nivel. Por ejemplo: cada dos villas disponen de un mayordomo en exclusiva para lo que haga falta en cualquier momento, vía teléfonica. Y los servicios de spa corren a cargo de la prestigiosa cadena internacional Six Senses, con tratamientos de origen tailandés, indonesio, vietnamita, inglés, sueco y húngaro.La decoración lleva la firma del mismo Óscar de la Renta, pero puede ponerse en duda, dada la falta de personalidad. Abundan los muebles de mimbre, priman los colores pasteles y azules, y los espacios son realmente amplios, al igual que los balcones que rodean el segundo piso y miran a la playa, la misma por la que pasean Julio y Óscar durante sus vacaciones.