El Gobierno azteca introduce cambios en la medición de la tasa de precios Los tiempos cambian y los patrones de consumo también. Una nueva generación de mexicanos identificados como millennials tienden a beber nuevos productos como el té y la leche de soja, o a entretenerse con los videojuegos, a andar más en bicicleta y comprar su despensa en los supermercados más que en las tienditas tradicionales. Estos cambios en la forma de consumir de las familias han hecho necesario modificar los parámetros con que se mide la inflación, comenta Jorge Reyes Moreno, director general adjunto del Índice de Precios del Inegi. "El objetivo es tener actualizada la canasta de bienes y servicios que se toman en cuenta para medir la inflación. Que entren los productos nuevos, que salgan los que ya no están en el mercado y modificar la importancia relativa que les da el consumidor a cada uno de ellos, porque eso impacta en la estimación del índice de precios", dice. 30% de la población El número de mexicanos que pertenecen a la generación de los millennials (nacidos entre 1980 y 2000) asciende aproximadamente a 36,7 millones de personas, los cuales representan 30 por ciento de la población total, con una edad entre 20 y 39 años, etapa en el que el ser humano es más productivo, por lo que son los principales responsables de los cambios en los patrones de consumo del país. Con el fin de mantener una canasta de bienes y servicios que refleje las nuevas preferencias de estos y otros consumidores, así como el desempeño del mercado actual, el Inegi ha realizado modificaciones a los parámetros con que mide el comportamiento de los precios, los cuales se verán reflejados en los próximos meses. Entre los cambios, destaca el incremento del número de genéricos bajo medición: el nuevo índice nacional de precios al consumidor contará con 299 rubros a diferencia de los 283 que existían anteriormente. Entre los nuevos productos se encuentran bienes y servicios que caracterizan el consumo de las nuevas generaciones, como la leche de soja, el té o los servicios para las mascotas. Desaparecen del índice productos como los calentadores de agua y la larga distancia nacional, la cual ya no existe en el país. En los ajustes del Inegi se les dará un seguimiento más detallado a los precios de otros genéricos que han ganado peso en el mercado mexicano, como son las bicicletas, motocicletas, juegos electrónicos, consolas, cartuchos y discos para videojuegos, así como películas y música. Todos ellos forman parte de las preferencias de los millennials. No sólo surgen nuevos productos y se les da más seguimiento a otros, sino también se modifica el peso de los existentes. Por ejemplo, dentro de los bienes y servicios que tendrán mayor peso en el índice destacan la gasolina de bajo octanaje, cuyo peso aumenta en 157 puntos base para participar con 5,36 por ciento del total; los refrescos envasados, que aumentan 70 puntos base para llegar a 4,58 por ciento; gas LP, que sube 69 puntos base, con un peso de 2,17 por ciento, y mantenimiento de automóvil, que sube 46 puntos base para representar 0,66 por ciento del total. Los cinco genéricos que más bajan en su ponderación son la vivienda propia, la electricidad, la renta de vivienda, los automóviles y el servicio de telefonía móvil. Nueve ciudades más Se tendrá mayor representatividad geográfica en los cambios del Inegi, al sumarse nueve ciudades en las que se cotizan los precios, sumando 55 en total y por primera vez se tendrá un registro sobre el comportamiento de la inflación en cada una de una de las 32 entidades financieras del país. También se buscará una mayor amplitud en cuanto al número de establecimientos en los que se levantan los precios: 24.300 contra 21.000 antes. Además del cambio en ponderadores, también habrá un nuevo año base. La nueva canasta puede reflejar una mayor volatilidad dado el incremento en el peso del índice no subyacente, el cual incorpora energéticos y agropecuarios, además de que se espera una menor incidencia del efecto traspaso del tipo de cambio al consumidor final dada una modesta contracción en el peso de las mercancías no alimenticias, comentó Alejandro Saldaña, analista económico de grupo financiero Ve por Más. Los cambios a la metodología conducirán a una mejor medición del nivel de precios, aunque el impacto de corto plazo puede llevar a niveles de inflación ligeramente más altos, agregó Francisco Flores, analista económico de Banorte.