Ordesa y el Monte Perdido ha celebrado sus 100 años de vida este jueves, desde que en 1918 fueron declarados parque nacional y se convirtieron en el segundo enclave con la máxima protección ambiental en España, después de que Picos de Europa fuera declarado un mes antes. Así, el enclave cuenta con 15.605 hectáreas, una superficie periférica de protección de 19.196,36 hectáreas y afecta a un área de influencia socieconómica de 89.290 hectáreas y forma parte de la unidad fisiográfica del macizo de Monte Perdido, la montaña calcárea más alta de Europa, con 3.355 metros. Precisamente, la característica principal de su paisaje es la sucesión de crestas, agujas, valles y cañones que muestran el vigor y energía de las fuerzas que intervinieron en su formación y la juventud aparente de su relieve. En cuanto a la fauna que lo habita, el Organismo Autónomo Parques Nacionales señala que cuenta con una amplia muestra de la fauna pirenaica, sobre todo de alta montaña y en el enclave hay presencia de seis especies de anfibios, ocho de reptiles, dos de peces, 65 aves nidificantes y 32 mamíferos. En la actualidad, además de Ordesa y Monte Perdido, España cuenta con más de 2.000 espacios que cuentan con algún tipo de protección, lo que representa el 30 por ciento de la superficie nacional.