La multinacional española de moda Mango cerró 2017 como segundo ejercicio en números rojos pese a reducir un 45 por ciento las pérdidas, desde los 61 millones de euros negativos de 2016 a los 33 de 2017, informó ayer la compañía. La firma prevé seguir mejorando su resultado en 2018, aunque no concretó si contempla volver a entrar en beneficios. La facturación de 2017, de 2.194 millones -el 77 por ciento en el mercado internacional-, fue ligeramente inferior a la del año anterior, mientras que el ebitda creció un 50 por ciento hasta los 115 millones. El año pasado, Mango también redujo su deuda un 33 por ciento, de 617 a 415 millones. Las ventas online ya suponen 15,5 por ciento del total de la facturación y crecen por encima de lo previsto, aunque la marca sigue apostando también por macrotiendas físicas -cerrando las más pequeñas- y franquicias.