BBVA cerrará la venta de su filial chilena a principios de julio, previsiblemente, una vez culmine la oferta de adquisición que ha lanzado el canadiense Scotia Bank por el 100 por ciento de las acciones. El banco español posee el 68,19 por ciento y a finales del año pasado acordó la desinversión de su franquicia ante el precio ofrecido y por la imposibilidad de crecer en este mercado a precios atractivos. La entidad percibirá unas plusvalías de aproximadamente 640 millones de euros, lo que supondrá un aumento de su capital en 50 puntos básicos, según sus propias estimaciones. Scotia acaba de lanzar la opa tras haber recibido todas las autorizaciones. Su intención es fusionar su banco en Chile con la franquicia del grupo español, conglomerado en el que participará el actual socio de BBVA, la familia Said. El objetivo de esta saga es contar con entre un 15 y un 25 por ciento del nuevo conglomerado financiero, en el que designarán a cuatro de los 11 miembros del consejo de administración. La venta de la filial no supondrá la salida del grupo español del mercado chileno, en el que llegó a explorar adquisiciones. Se mantendrá operativo en el segmento de financiación al consumo. A lo largo de los últimos años BBVA ha reposicionado su presencia internacional. Además de deshacerse de su gestora en Latinoamérica, se ha desprendido de sus franquicias bancarias en Panamá y Puerto Rico. También ha salido de China. Por el contrario, ha desembarcado con fuerza en Turquía, con la toma de control de Garanti y se ha reforzado en Estados Unidos, entre otros mercados. Y vía bancos online ha entrado en Reino Unido.