Únicamente el 10% de la oferta de la feria es vivienda en 'stock'La confianza de los potenciales compradores sigue cotizando al alza en el Salón Inmobiliario Internacional de Madrid (Sima), que hasta las 15 horas del viernes registraba un 7 por ciento más de visitantes que en la edición del pasado año. Este importante incremento de asistentes a la feria se suma al aumento de la superficie de exposición, un 12 por ciento más que en 2017, hasta llegar a los 14.500 metros cuadrados y al número de expositores, un 13 por ciento más, superando los 300, de los que el 10 por ciento son internacionales. "Se trata de un incremento de visitantes en línea con las previsiones que teníamos y un claro indicador de que la recuperación de la demanda de vivienda y la consolidación del mercado residencial son un hecho", afirma Eloy Bohúa, director general de Sima. Con más de 15.000 viviendas de obra nueva, la feria se ha posicionado como el mayor escaparate para quienes estén interesados en la compra de una vivienda, ya que muchas de las inmobiliarias aprovechan esta cita para poner en el mercado nuevos proyectos. De hecho, según los datos de Planner Exhibitions, organizador del SIMA, en esta edición, de la comercialización total que han llevado todas las promotoras, sólo el 10 por ciento corresponde a producto en stock, es decir, la vivienda que se acumuló durante los años del boom inmobiliario y que todavía no se ha logrado vender, mientras que en 2017 ese porcentaje se situaba en el 15 por ciento. Este año, el Sima, que celebraba su veinte aniversario, ha contado además con la presencia consolidada de los grandes fondos de inversión que están detrás de las nuevas promotoras que lideran el sector. Así, entre los stands se podían encontrar tanto a supervivientes de la crisis del ladrillo, como a servicers con activos de la banca y también a los nuevos actores respaldados por fondos como Lone Star, Värde, Ceberus, Castlelake o Goldman.