A diferencia de las bolsas, la deuda de la periferia europea vive una sesión de tregua La fuerte subida de las rentabilidades exigidas a la deuda italiana y, por contagio, a otros bonos de la periferia europea, hizo regresar el martes los fantasmas de una Europa rota. Pero ya son dos las sesiones de tregua que da el mercado. Los bonos italianos, al igual que los españoles, registraron su segunda jornada consecutiva de calma a la espera de un acuerdo in extremis en Italia para formar Gobierno, que más tarde se confirmaría, y pendientes de la moción de censura en España. Las compras en Italia se intensificaron en la deuda a corto plazo. La rentabilidad del bono transalpino a 2 años pasó ayer del 1,595 al 0,991 por ciento, acercándose a los niveles a los que cerró el lunes, antes de que se disparase al 2,7 por ciento, a solo medio punto porcentual de la que se le exigía a la deuda a una década; esta brecha no era tan pequeña desde 2011. "La rentabilidad de los bonos a dos años ha caído con fuerza, pero lo más relevante es que también se han comprado bonos de 10 años, por lo que es clara señal de que los inversores han vuelto a apostar por Italia. El riesgo italiano seguirá estando ahí, pero la fuerte reacción compradora nos avisa que hay muchos inversores dispuestos a asumir riesgos en torno al 3 por ciento de rentabilidad", consideran desde Unicorp. Las compras elevaron el precio del bono italiano a una década reduciendo así la rentabilidad que puede obtenerse hasta el 2,794 por ciento. El rendimiento ya se ha estrechado 37 puntos básicos en dos días y la prima de riesgo acabó ayer en 245 puntos básicos. La rentabilidad del bono español a 10 años se mantuvo casi impasible mientras se cocinaba la moción de censura en el Congreso. Cerró en el 1,503 por ciento, con la prima en los mismos 116 puntos básicos del día previo. También hubo compras de deuda alemana, pero mucho menos intensas a las vistas en la semana (la rentabilidad del Bund bajó del 0,372 al 0,34 por ciento).