La incertidumbre política vuelve a castigar al índice, que pierde un 7% en las dos últimas semanasLa Liga de Norte y el Movimiento 5 Estrellas (desde Italia), Pedro Sánchez y el presidente de los Estados Unidos Donald Trump (en su enésima injerencia) son los sujetos que, por separado, han puesto patas arriba las bolsas de la eurozona, hasta ponerlas rumbo a los mínimos del año -ver gráfico-, sobre todo en los casos del Ftse Mib de Milán, que ha borrado todas las ganancias de 2018 y ya pierde un 0,32 por ciento desde el primero de enero, y del Ibex 35, que se encuentra a un 0,89 por ciento del suelo del ejercicio, "donde se juega otro descenso del 5 por ciento hasta los 9.000 puntos", según explica Joan Cabrero, director de estrategia de Ecotrader. El primer fuego se avivó el 16 de mayo, cuando las dos fuerzas italianas euroescépticas presentaran su acuerdo para formar Gobierno en el país transalpino. Sus propósitos de abandonar el euro, de cancelar parte de la deuda y de acercarse a Rusia han tensionado a los mercados, que mientras digerían el histrionismo de estos objetivos, han tenido que lidiar también con el agotamiento del Gobierno del PP en España -moción de censura del PSOE mediante- y con las ínfulas proteccionistas de Washington, que confirmó este mismo jueves que los nuevos aranceles al acero y al aluminio de la Unión Europea (UE), Canadá y México entrarán en vigor este viernes, dinamitando el intento de recuperación en los parqués del miércoles y del inicio de la sesión del jueves . Con las caídas de la última jornada, del 0,06 por ciento en el Ftse Mib y del 1,05 por ciento en el Ibex, desde aquel 16 de mayo, la referencia italiana cede un 10,34 por ciento y la española un 7,3 por ciento. "La presión vendedora volvió a imponerse, llevando al Ibex 35 a aproximarse a la zona de mínimos del año en los 9.327 puntos, tras alcanzar de forma intradía los 9.400 puntos", relata Joan Cabrero, quien advierte que, en este entorno, "habrá que ver si existe un contraataque alcista, algo que es necesario de cara a que se aleje el riesgo de asistir a una continuidad bajista que podría no encontrar soporte hasta la zona de los 8.800-9.000 puntos". Tras el cierre de la sesión y después de conocerse que no habrá nuevas elecciones en Italia, los futuros que cotizan sobre los índices europeos apuntaban a un rebote de más de medio punto porcentual, de media, en el arranque de la primera sesión de junio. En medio de este contexto, el bancario ha sido el sector que más ha arrastrado al selectivo español. Desde que comenzó toda la incertidumbre por Italia, la banca española ha caído, de media, un 14,2 por ciento, casi el doble respecto a lo que cede en el mismo periodo el Ibex 35. La industria financiera se ha visto castigada por una subida de tipos que cada vez se aleja más a medida que aumentan las tensiones políticas en la eurozona -se descuenta que el Banco Central Europeo (BCE) no subirá el precio oficial del dinero hasta la segunda mitad de 2019-. Además, el fuerte repunte en las rentabilidades de la deuda soberana periférica -ver información de la página 13- supone un golpe para un sector que, según los últimos datos disponibles, cuenta con una cartera de bonos que roza los 330.000 millones de euros, con una importante parte de la misma invertida en deuda de España, Italia y Portugal. La peor parte se la ha llevado Sabadell, con un descenso del 17,5 por ciento, mientras Bankinter es -una vez más- la entidad que mejor resiste, al retroceder un 10,5 por ciento. España no es Italia En cualquier caso, el escenario de fondo hace difícil discernir qué porcentaje de la penalización del mercado corresponde a la moción de censura, cuál a la crisis política italiana y cuál a la imposición de aranceles al aluminio y el acero de la UE por parte de Donald Trump. En todo caso, los analistas coinciden al señalar que la moción de censura se limita a añadir presión sobre un mercado que sufre más por Italia y por la escalada en la guerra comercial. "El timing de la votación no podría ser peor. Los inversores quieren evitar el error de no poner en precio del populismo suficientemente pronto", explican desde Berenberg. Con todo, desde la entidad alemana defienden que el caso español es distinto al transalpino: "El riesgo de que cualquier Gobierno español pueda adoptar políticas que podrían amenazar el lugar de España en el euro o detonar una nueva crisis en la región parece extremadamente baja", destacan. En esta misma línea, en Bank of America Merrill Lynch señalan que "podría ser tentador comparar los riesgos en torno a España con los de Italia pero disentimos". "Lo que ha detonado el problema en Italia es el hecho de que se estaba gestando una coalición puramente antieuropea y populista. Y unas nuevas elecciones en España no tendrían nada que ver con el euroescepticismo. Dicho de otra forma, la incertidumbre en caso de nuevos comicios residiría en cómo será de amistoso con el mercado el nuevo Gobierno", destacan en la entidad norteamericana. Precisamente, los movimientos de la divisa común dibujan un escenario en el que el mercado no muestra ningún temor a que en España se cree un movimiento contrario a la divisa común. De hecho, al cierre de esta edición, el euro se mostraba impasible ante las noticias que llegaban sobre la moción de censura y se mantenía plano en su cruce frente al billete verde. La guerra comercial asusta Hasta que el ruido político ha emergido en la periferia europea durante las últimas jornadas, el foco de los inversores estaba puesto en la guerra comercial. Y los analistas siguen considerando el proteccionismo como el principal riesgo para el mercado. En este sentido, ante los aranceles de Donald Trump creen que esto hará que "la guerra comercial de otro paso en un camino que solo puede llevar a un crecimiento global más lento, precios más altos y beneficios más bajos". Por su parte, Bruno Cavalier, economista jefe de Oddo BHF advierte de que "las consecuencias macroeconómicas hasta ahora han sido desdeñables, pero si el proteccionismo se entiende esto podría ser muy distintos".