El uso de tecnología aplicada a la traducción de idiomas es algo que las grandes compañías llevan desarrollando desde hace mucho tiempo. Hasta ahora no han logrado grandes avances, aunque cada día se van aproximando a unos buenos resultados. Ya en el mercado hay algunas aplicaciones similares, como Skype o incluso algunas herramientas concretas que se utilizan en hoteles y otros lugares turísticos por medio del cual, gracias a una tablet con una app se reconoce la voz y se traduce a cualquier idioma. Sin embargo, estos avances siguen siendo sistemas muy básicos, y su uso aún se limita conversaciones o situaciones de comunicación muy básicas. Aún no son capaces de traducir la empatía con la que se habla, las emociones o incluso algunas expresiones o recursos como la ironía o el propio tono de las palabras. El problema que se encuentran principalmente con estas herramientas es que fallan bastante porque dependen de la pronunciación de quien habla y que siguen (como en el caso de Google Translate) sin poder captar matices o referencias culturales porque hacen traducción palabra por palabra. Obviamente, cada vez estos sistemas van a más y van afinándose, pero creo que aún tenemos tiempo para seguir trabajando, desde los centros de formación de idiomas, sin miedo a vernos sobrepasados... ¿la pregunta es cuánto tiempo…? Es difícil predecir si en algún momento las máquinas tendrán la capacidad de poder identificar y transmitir la complejidad de una comunicación humana. Por ahora sobre todo es una amenaza para los traductores e intérpretes en el sentido de que hay quien no mira mucho por la calidad y con este tipo de herramienta encuentra una solución para salir de apuros. La Inteligencia Artificial puede representar una oportunidad increíble para la empresa innovadora, dinámica y reactiva. Nosotros en Hexagone (que impartimos formación individualizada o en grupo para empresas o particulares, clases a distancia, cursos en el extranjero, summer camps para niños, etc.) analizamos regularmente los riesgos, oportunidades, fuerzas y debilidades de nuestra empresa en su sector y frente al incremento de las nuevas tecnologías y en este caso de la Inteligencia Artificial. Un ejemplo de esta evolución lo podemos ver cuando llegó el elearning. Se trataba de una tecnología de la que algunos predecían la muerte del aula tradicional y eso no pasó ni ocurrirá. También podemos imaginar por tanto cabida para una conciliación entre lo que nos brindan estas herramientas nuevas y lo humano. Una empresa que tiene gente capacitada, capaz de dominar dos idiomas (o más) da una imagen positiva, transmite confianza. Ahora la tendencia justamente está en apostar por el desarrollo humano, la cualificación. Si una empresa apostase exclusivamente por herramientas tecnológicas, crearía una dependencia económica muy fuerte. Por otro lado el uso de este tipo de tecnología aplicada a la traducción de los idiomas, creo que conlleva una reflexión respecto a los problemas éticos subyacentes. Pero tendrá que ser una reflexión global implicando a los actores políticos, los científicos, las empresas y la sociedad civil. El "podemos" no significa el "queremos".