Las negociaciones entre el país y Bolivia podrían acabar en los tribunalesbrasilia. El canciller brasileño, Celso Amorim, advirtió ayer que su país no aceptará "decisiones unilaterales" en las delicadas negociaciones con Bolivia sobre la situación de la estatal Petrobras tras la nacionalización de los hidrocarburos. "Brasil no aceptará decisiones unilaterales" y pretende que en la negociación, que tiene plazo hasta el próximo sábado, se llegue a un "entendimiento en un contexto de beneficios para ambos países", dijo Amorim. Según el ministro, si las negociaciones no llegan a buen puerto, "se tomarán las medidas legales pertinentes", que podrían suponer acudir a tribunales internacionales para defender los intereses de Petrobras en Bolivia. La empresa brasileña tiene invertidos en Bolivia cerca de 1.000 millones de dólares, que tras el decreto de nacionalización firmado por el presidente Evo Morales en mayo pasado quedaron en vilo y dependen de negociaciones que deben concluir antes del próximo día 28, según el plazo establecido por el Gobierno boliviano. Amorim mostró su interés para "buscar el equilibrio adecuado", aunque admitió que "no es una cosa fácil", dado el conflicto de intereses existente entre ambos países. Según el ministro de Relaciones Exteriores, Brasil "no quiere radicalizar esta historia" y pretende "conversar" y encontrar una solución.