El dueño de Banesco, Juan Carlos Escotet, denunció ayer la campaña contra su entidad y contra él. "Ha sido intervenido injustamente y por motivaciones políticas: es el primer banco de Venezuela, el más rentable, solvente y con mayor cuota de mercado", señaló a través de las redes sociales el empresario suramericano, quien añadía que "no hay razones financieras para la intervención". En varias comunicaciones defendió a su banco y se mostró tranquilo porque "con el tiempo se impondrá el Estado de Derecho". "Estén seguros que daré la batalla hasta el final", aseguró el banquero horas después de que el Gobierno tomara el control temporal de la entidad. Escotet también se dirigió a la clientela, que suma más de ocho millones de usuarios en Venezuela", a los que pidió que sigan confiando en la institución porque "siempre será el mejor garante de sus depósitos". Esta situación siempre, a su juicio, se producirá bajo "mi propiedad o no". El empresario latinoamericano, asimismo, se lamentó de la derivada que ha tomado el caso, que podría suponer para él "perder 40 años de trabajo". Eso sí, en todo momento, se mostró convencido de que sus compañeros y él han actuado bajo la legalidad "siendo muy escrupulosos", además de haber colaborado con las autoridades, "atendiendo a todas las solicitudes que nos han hecho", en relación al caso de contrabando de billetes que mantiene retenidos a once de los máximos dirigentes de Banesco, entre ellos, su presidente ejecutivo, el español Óscar Doval. Escotet sí reconoció que ha podido haber determinados errores en las operaciones, pero nunca se han beneficiado de ellas.