El consejero delegado de BBVA, Carlos Torres, y principal aspirante para ser el máximo ejecutivo del banco a partir de otoño de 2019, cuando se jubile el presidente Francisco González, no quiso pronunciarse sobre el plan de sucesión que se abordará y si la sentencia del Tribunal de la UE que prohíbe presidencias no ejecutivas en las entidades financieras, tal y como recomienda el BCE. Lo único que señaló el actual número dos es que el se decida a la gestión y es "en lo que estoy centrado" y que los cambios en la estructura de la cúpula dependen del consejo de administración. La sentencia, de ratificarse, afectaría, en principio, a la primera opción que manejaba el grupo, que era nombrar presidente, con carácter ejecutivo, a Torres, y designar un nuevo consejero delegado. De esta manera, si no consigue convencer con esta idea al BCE, la alternativa sería designar un presidente no ejecutivo y mantener a Torres como número dos, pero con todo el poder de la dirección. Entre los candidatos a ocupar el sillón de González se encuentra el recién fichado exgobernador del Banco de España, Jaime Caruana, para su consejo de administración. Lo único que el banco ha dejado claro en las últimas semanas es que el plan está ya diseñado y se está trabajando en él para que no haya sorpresas. Y que, según las palabras del propio González, su sucesor saldrá de las filas del banco ya éste "cuenta con un equipo fabuloso". Legislación En principio la sentencia del Tribunal de Luxemburgo tiene su implicación directa en Credit Agricole, que es el afectado de la demanda, y en la jurisprudencia francesa, pero de confirmarse -ya que admite recurso- sentaría bases en toda Europa. En nuestro país, de esta manera, se tendría que modificar la normativa y ajustarse a la directiva de hace cuatro años, ya que sobre este asunto lo único que señala es que la presidencia y el cargo de consejero delegado no puede recaer en una misma persona. Además, en el sector se da por hecho que el BCE no exigirá ningún tipo de cambio tras la sentencia en las cúpulas actuales de los bancos, como en Santander, Bankia y Sabadell, y el sentido de la sentencia sólo se aplicará en los cambios futuros.