Aspira a ganar 1.300 millones en 2020 y repartir 2.500 millones en dividendosBankia presentó ayer su plan estratégico para los próximos años con el fin de generar valor para los accionistas y devolver el máximo posible de las ayudas públicas, que alcanzan los 24.100 millones incluyendo BMN. El proyecto está basado sobre todo en una mejora paulatina de los tipos de interés, un incremento de la actividad crediticia a partir de 2019 y un ascenso de los ingresos por comisiones por la mayor venta de préstamos al consumo, seguros, tarjetas y fondos de inversión. Especial importancia cobra en sus proyecciones la subida del euribor, ya que pretende elevar sólo por este efecto en 300 millones los ingresos ordinarios. El grupo nacionalizado espera que este indicador se sitúe en el 0,7 por ciento positivo en 2020, frente al actual 0,191 por ciento negativo. En este escenario, Bankia aspira a ingresar 600 millones más por el negocio crediticio y 200 millones más por comisiones. Su resultado después de impuestos prevé que ascienda a 1.300 millones, un 62 por ciento más que en 2017 sin tener en cuenta BMN, y colocar la rentabilidad en casi el 11 por ciento sobre recursos propios (10,8 por ciento). "Esperamos que el mercado se crea el plan y anticipe un alza del valor de la entidad", aseguró el presidente, José Ignacio Goirigolzarri, durante la presentación del mismo. De esta manera, el banco podrá reembolsar buena parte del rescate que, a su juicio, "fue positivo para el país". Buen momento para privatizar La devolución se realizará a través de la colocación en bolsa del 61 por ciento que el Estado -a través del Frob- tiene en Bankia en los próximos dos años, siempre y cuando no se alargue el plazo de nuevo. Goirigolzarri consideró que es un "buen momento" ahora para que el Gobierno realice otra venta de acciones por el "apetito" que despierta entre los inversores, a pesar de que una operación a día de hoy generaría pérdidas para las arcas estatales. "La privatización es muy importante porque es el último aspecto para la normalización", indicó Goirigolzarri. Otra vía que tiene Bankia para devolver el dinero es el reparto de dividendos. Por eso, el plan anunciado ayer tiene como propósito distribuir algo más de 2.500 millones en tres años a los accionistas. De estos, hasta 1.525 millones irían a parar a su matriz, BFA, que es quien ostenta la participación directa del Estado. Esta cantidad dependerá en función de si el Estado coloca más títulos y de su volumen y de las necesidades que tenga BFA. Hasta ahora, los dividendos y el ingreso de los dos paquetes vendidos (14,5 por ciento del capital) han servido únicamente para sanear la matriz, que ha tenido que hacer frente a indemnizaciones y ajustes de cartera. En torno a la mitad del dividendo será extraordinario, ya que Bankia pretende distribuir el exceso de capital por encima del 12 por ciento. Esto se producirá cuando el superávit sea "contundente", es decir, cuando supere el 13 por ciento. En 2017, el ratio se quedó ligeramente por debajo del 12 por ciento incluyendo el efecto de la nueva normativa de provisiones. Con este reparto de capital Bankia renuncia a compras en el trienio y se centrará en la integración de BMN. La absorción generará mayores sinergias de las previstas, de unos 190 millones. Además, la entidad no se plantea una internacionalización. 1.500 millones para promotores El control de costes es otro foco al que prestará atención para lograr los objetivos. Este cometido se materializará con el ERE para algo más de 2.000 trabajadores firmado con los sindicatos y al que se han adherido ya casi 1.700 empleados. Asimismo, Bankia pretende rebajar a la mitad el volumen de activos improductivos durante el plan y elevar cuotas de mercado en distintos segmentos incrementando el volumen de créditos concedidos. Quiere captar 400.000 nuevos particulares y entrará en el segmento inmobiliario para otorgar 1.500 millones.