La constructora quiere desprenderse de todos sus aeródromos, salvo las 'joyas británicas'MADRID. Ferrovial ha aterrizado, definitivamente, en los aeropuertos de Londres. Tras adquirir al gigante BAA hace cuatro meses, la compañía española ha hecho oir su voz y, como había advertido, ha puesto en venta todos los activos que no le interesan. Ferihegy, el aeródromo internacional de Budapest, ha sido el primero.La compañía española ha llegado a un acuerdo con la constructora alemana Hochtief para vendérselo por 1.800 millones de euros, el mismo precio que pagó BAA hace diez meses para adquirirlo, según fuentes de absoluta solvencia. Un portavoz de Ferihegy reconoció las negociaciones y admitió que ambas partes han comunicado al Gobierno hungáro sus intenciones.Éste tiene la llave para abrir la puerta a la transacción o vetarla. Cuando supere este último obstáculo, Ferrovial y Hotchief podrán sellar definitivamente su acuerdo. Una rúbrica que quieren poner lo antes posible.Sobre todo, porque la compañía española ya tiene en el punto de mira otras desinversiones. El aeropuerto de Nápoles y las participaciones que posee en media docena de aeródromos australianos también tienen puesto el cartel de "se vende".Con estas operaciones, Rafael del Pino financiará parte de los 17.000 millones de euros que ha necesitado para adquirir todas las acciones, convertibles y opciones de BAA. De esta cantidad, Ferrovial debe hacer frente al 60 por ciento.