Se deja un 5,6% y sufre el mayor castigo entre las principales plazas del Viejo Continente, después de que el Dow Jones haya coqueteado con su peor semana desde 2008 en una corrección de más del 5% que alivia la sombrecompra que ha llevado al índice a subir más de un 260% desde 2009Wall Street ha hecho un alto en el camino que le ha llevado a coquetear con su peor semana desde octubre de 2008, cuando las bolsas de todo el mundo se desplomaron fruto de una crisis financiera que acabó en recesión mundial. Un escenario que dista mucho del actual. La economía va viento en popa y, con ella, la inflación. Eso es precisamente lo que ha devuelto la rentabilidad del bono americano a 10 años -impasible hasta ahora a la retirada de los estímulos iniciada hace cuatro años- a rozar el 3 por ciento esta semana anticipando que, posiblemente, la Reserva Federal se verá obligada a subir los tipos más veces de lo previsto este mismo ejercicio. Esa nueva realidad (y no un deterioro en los fundamentales, que es lo que suele acompañar a las grandes crisis) es lo que ha llevado al Dow Jones a corregir una mínima parte de las ganancias que acumula desde que marcase mínimos en 2009, y al Ibex 35 a firmar su peor semana desde el Brexit tras caer un 5,6 por ciento. La corrección se inició el viernes, con un buen dato de empleo y de salarios en la primera economía del mundo, pero no fue hasta última hora del lunes cuando se intensificó. Fue entonces cuando saltaron las alarmas, sin dar tiempo a mirar por el retrovisor. Ese que pone en perspectiva que Wall Street, que el viernes empezó con ventas y acabó con compras, solo se ha comido algo más de un 5 por ciento del rally del 260 por ciento que vive desde 2009 y que, por ello, ha sido aplaudido por muchos por suponer un alivio a la sobrecompra que ha llevado a sus índices a dibujar máximo tras máximo cada día. Desde entonces, Europa también ha recuperado parte del terreno perdido, pero no en la misma proporción. El EuroStoxx 50 suma un 83 por ciento desde 2009. Es una de las razones por las que la bolsa europea parte como favorita este año. Las otras son una valoración más atractiva (sus beneficios todavía se compran con una rebaja del 2 por ciento respecto a su media histórica, con un PER de 14,2 euros) y la ventaja de que la fortaleza del euro no se come ninguna rentabilidad como ocurre cuando el inversor europeo invierte en bolsa americana. Si bien Wall Street cede un 2,1 por ciento en lo que va de año, esas pérdidas crecen al 4 por ciento si se incluye el efecto divisa -y eso que el euro ha aflojado el ritmo hasta los 1,22 dólares-. El nerviosismo desatado en la noche del lunes en Wall Street se propagó el martes a Europa, acompañado de un fuerte repunte de la volatilidad -ha escalado más de un 60 por ciento a ambos lados del Atlántico-. Tanto que el saldo semanal que dejaron los principales índices fueron pérdidas de entorno al 5 por ciento -a pesar de que el petróleo también aminoró el paso y cerró el viernes en mínimos de diciembre-, siendo el Ibex 35 el más perjudicado, seguido del alemán y francés. Esas caídas han acercado a las bolsas, no obstante, a zonas de soporte que, de alcanzar, abrirían una oportunidad de compra, explican en Ecotrader -ver página 6 y 7-. Una prueba de que la corrección es vista como una oportunidad es que las manos fuertes, es decir, las que mueven operaciones de más de 10.000 títulos en el S&P500, explican en Unicorp, aumentaron el saldo comprador el jueves, en plena caída del índice que le llevó a perder un 3,75 por ciento. "Aprovecharon las rebajas para incrementar exposición", argumentan, "y claramente las manos débiles, u operaciones de menos de 10.000 títulos, siguen reduciendo exposición". Parte de la reacción vista en las bolsas encuentra explicación en el fuerte repunte que han sufrido las rentabilidades de los bonos, especialmente la del americano, cuyo interés ha escalado del 2,4 al 2,81 por ciento en lo que va de año -el nivel más elevado desde enero de 2014-, dejando pérdidas de casi el 4 por ciento por precio.