El cambio afecta menos a sectores que generan valor en sí mismos Todo producto o servicio que ha conseguido generar un "mercado cautivo" fuera de las fronteras de un país, tiene menos riesgo de verse afectado por la fortaleza de una divisa. Es decir, el cliente, por mucho que el cambio nominal sea desfavorable, va a querer seguir comprando dicho producto o servicio. A esta, que es la tónica tradicional alemana, se han sumado otros países como es el caso de España. No todo son coches o turismo en el modelo español. Precisamente, los sectores de más bajo valor añadido son los que más pierden con una moneda fuerte, ya que dependen íntegramente de la divisa para abaratar sus exportaciones. Para generar valor en la industria exportadora, en los últimos años la internacionalización de la economía española se ha basado en generar productos y prestar servicios valiosos en sí mismos y dejar de depender de la divisa que por otra parte no puede ser devaluada para ganar competitividad instantánea. Así, los servicios de ingeniería, consultoría especializada, la fabricación de componentes de alta tecnología o los productos complementarios que apoyan al sector turístico (sobre todo la industria hotelera) no dependen de lo que haga la divisa. En cambio, cuanto más se aprecie el tipo de cambio (mientras que el euro siga estando infravalorado con respecto al dólar) mejor será para reducir el coste de las importaciones y, por tanto, aumentar el valor añadido de estos sectores.