La entidad financiera, que ganó 367 millones de euros el año pasado, analizará nuevas oportunidades de compraAbanca ha cumplido los objetivos del plan 2014-2017 y se ha marcado nuevas metas para los próximos tres años. Según adelantó ayer en la presentación de resultados del ejercicio pasado, la entidad tiene previsto elevar el crédito un 10 por ciento, hasta situar el saldo de financiación en 30.300 millones. Esta cifra supone casi 3.000 millones por encima de la actual. Además, espera crecer también en recursos de clientes en 2.000 millones. La intención del grupo gallego es mantener la rentabilidad sobre activos tangibles por encima del 10 por ciento y contar con un ratio de capital superior al 13 por ciento. Su presidente, Juan Carlos Escotet, se mostró optimista sobre la evolución de la entidad, después de haber sobrepasado con holgura los objetivos establecidos tras la compra de Novagalicia. Tal es así, que se plantea aprovechar las oportunidades de compra que surjan en el mercado, ya que dispone de un excedente de solvencia de 1.762 millones de euros. En varias ocasiones, el banquero señaló que estudiará cualquier adquisición que encaje con la estrategia de Abanca y permita mantener el control del conglomerado resultante. Con estas premisas, Escotet espera que este mismo año aparezcan este tipo de oportunidades, como consecuencia de las dificultades del sector para lograr ingresos y beneficios. "Creo que habrá consolidación (fusiones), más en 2018 que en 2019". El año pasado Abanca ya exploró una posible integración con Liberbank y la adquisición de Deutsche Bank en España. La entidad analiza también compras en otros mercados, como Estados Unidos y Portugal, pero aún no ha encontrado nada que le satisfaga. La entidad gallega ganó el ejercicio pasado 367 millones de euros, un 10 por ciento más, gracias al impulso de la actividad, que permitió una mejora del margen recurrente del 17,6 por ciento; a la caída de la morosidad en un 28 por ciento, hasta colocarse por debajo del 5 por ciento; a los ingresos extraordinarios de 202 millones obtenidos en su partida de operaciones financieras (deuda pública y participadas) y a la activación de créditos fiscales diferidos, que redujeron su coste impositivo a apenas un millón de euros. Escotet, que estuvo acompañado por el consejero delegado, Francisco Botas, reconoció que en 2017 la entidad capturó clientes del Pastor, cuya matriz -Banco Popular- vivió la mayor crisis de su historia, y de entidades afincadas en Cataluña, como consecuencia de la inestabilidad generada por el procés soberanista. Pero no ofreció datos concretos. Abanca consiguió elevar el volumen de recursos de clientes un 6,2 por ciento, hasta 36.900 millones, de los que los depósitos minoristas avanzaron un 2,7 por ciento. Por su parte, los préstamos de la entidad crecieron un 7,8 por ciento, frente al descenso que experimenta el conjunto del sistema, lo que le permite ganar cuota de mercado. Previsiblemente, en el periodo del nuevo plan estratégico el banco no dé su salto a bolsa, uno de los proyectos que se ha visto aplazado por la situación del entorno de tipos. Escotet señaló que la salida al parqué se producirá una vez las tasas se encuentren en un estado normalizado, algo que prevé que suceda como pronto en 2020.