La biofarmacéutica intensifica así sus investigaciones contra la enfermedadCelgene está dispuesto a ampliar su división de tratamientos contra el cáncer con la compra de Juno Therapeutics. Una operación valorada en aproximadamente 7.360 millones de dólares y que incluye un tratamiento potencial contra el linfoma, cuya aprobación regulatoria podría llegar tan pronto como el próximo año. Dicha terapia, conocida como JCAR017, tiene proyectadas ventas de hasta 2.450 millones a nivel mundial una vez cuente con el beneplácito de los supervisores. Mark Alles, consejero delegado de Celgene, señaló ayer que la adquisición de Juno supone la fusión de dos compañías "con la meta común de convertir el cáncer en una enfermedad crónica mientras trabajamos para lograr un cura". Las acciones de Juno subieron más de un 25 por ciento tras oficializarse el acuerdo, tocando máximos de 86,28 dólares, por debajo de los 87 dólares por título en efectivo que desembolsará la compañía con sede en Summit, Nueva Jersey. Una prima del 91 por ciento con respecto al precio de su acción cuando la semana pasada el Wall Street Journal aventuró una posible compra. Juno, fundada en 2013 y con sede en Seattle, está especializada en el desarrollo de fármacos contra la leucemia, algo que también combate una de las líneas de productos de Celgene. La firma, una de las principales biotecnológicas a este lado del Atlántico, continúa su oleada de adquisiciones, ya que a comienzos de mes anunció la compra de Impact Biomedicines. La letra pequeña del acuerdo implicó un desembolso inicial de 899 millones, que podría incrementarse sensiblemente hasta los 5.740 millones en el futuro si Impact logra que algunas de sus terapias experimentales reciban la aprobación de los reguladores. Hasta la fecha, el negocio clave de la de Nueva Jersey gira alrededor de Revlimid. Sin embargo, los analistas consideran que este fármaco, que supone dos tercios de los ingresos de Celgene, sufrirá el azote de las versiones genéricas.