Esta carga supone un esfuerzo en provisiones con la nueva normativa contableLa banca española acumula aún un importante volumen de créditos refinanciados o reestructurados, que han permitido rebajar el coste en provisiones por morosidad, pero también han propiciado dar una segunda oportunidad tanto a empresas como a familias que han tenido o tienen dificultades para afrontar sus compromisos de pago. En concreto, este tipo de préstamos se sitúa en torno a los 130.000 millones, una cantidad que, con la entrada en vigor de las nuevas normas contables este año, implicará un mayor esfuerzo para el sector en dotaciones. De hecho, los expertos ya anticipan que los bancos de nuestro país serán los más penalizados en los próximos test de estrés que realizarán los reguladores, entre otros aspectos, por esta relevante masa de refinanciados, que suponían a cierre de junio del año pasado el 24 por ciento de la cartera total en el Viejo Contienente. Ésta ascendía a unos 550.000 millones. A la cabeza en Europa La cantidad es la más elevada de todo el sistema europeo, en parte por el impulso de medidas por parte del Gobierno en 2012 sobre buenas prácticas con el fin de facilitar el pago de las hipotecas a los hogares más vulnerables y en parte por el interés del sector en aplicar la "política de patada hacia adelante", consistente en reconocer cuanto más tarde el problema para evitar mayores provisiones. Eso sí, en los últimos años el volumen de refinanciados se ha reducido de manera importante debido al afloramiento de pérdidas por parte de algunas entidades y por la venta de créditos a terceros, además el efecto que ha tenido la mejora de la economía. En año y medio, la disminución ha sido del 27 por ciento, desde los 180.000 millones. Y desde los máximos históricos de 2014, cuando superaron con creces los 210.000 millones, el importe de reestructurados ha mermado en torno a un 40 por ciento. Para BBVA Research, las prácticas de refinanciación desempeñan una parte crucial en la gestión del riesgo porque mejoran la probabilidad de recuperación de los préstamos dudosos o en riesgo de insolvencia, sobre todo, si se producen en una etapa temprana. La nueva normativa, que ha entrado en vigor este mismo mes, supone para los expertos del banco azul una amenaza para este tipo de operaciones, con un recorte de las negociaciones y, por tanto, en un menoscabo de la protección y de los beneficios para los clientes, ya que tenderán a rebajar el reconocimiento de pérdidas por anticipado. En este sentido, sostiene que con el marco anterior, de pérdida incurrida en vez de pérdida esperada, hubo "ventajas" para proporcionar al deudor una segunda oportunidad para afrontar sus compromisos. La cuantía de refinanciados representa aproximadamente el 10 por ciento de los préstamos que mantienen en cartera los bancos de nuestro país. Del total de reestructurados más de un 40 por ciento está clasificado como moroso y la mitad corresponde a familias, y la otra mitad a empresas.