Cree que las cuentas reflejaban la imagen fiel y defiende a Celma Deloitte defiende el trabajo realizado por Francisco Celma, al que en opinión de la compañía se le imputa de forma "absolutamente injusta e infundada la responsabilidad de haber firmado unos informes de auditoría sobre la base de unas cuentas que, supuestamente, no reflejaban la imagen fiel de la sociedad". Sobre este punto, el documento señala que dichas cuentas sí reflejaban la imagen fiel de la entidad, y muestra su convicción de que la actuación de Celma "ha sido siempre completamente ajustada a derecho y de ningún modo es constitutiva de ilícito penal alguno, pues no cabe tildar su amplísima trayectoria profesional (...) de otro modo que de intachable". Partiendo de la base de que el trabajo de Celma fue irreprochable y de que las cuentas de Bankia sí reflejaban su imagen fiel, Deloitte recuerda que es el auditor el que debe aplicar su juicio profesional, sin que la persona jurídica pueda intervenir en la formación de tal juicio. Esto no supone que las sociedades de auditoría sean impunes de los delitos cometidos por sus administradores o empleados, y pueden ser responsables en caso de delitos de cohecho o tributarios, pero en lo referente a las cuentas de Bankia es "imposible e injusto que sean imputados a la sociedad profesional los actos personalísimos realizados por el auditor, que no puede ser suplantado por la sociedad", informa Efe. La existencia de una sociedad profesional "no elimina la independencia y discrecionalidad técnica predicable del profesional actuante", ya que la sociedad podrá determinar el "qué" de la actividad de los profesionales, pero no el "cómo" de la prestación concreta. Francisco Celma, por su parte, aclara en su propio escrito de defensa que el auditor es el censor de las cuentas formuladas, pero "bajo ningún concepto puede ser considerado el censor general del desempeño por los administradores". "No se puede confundir", añade.