El principal accionista individual de la firma se plantea retomar una alianza con Renaultnueva york. Cuando General Motors (GM) dio a conocer que no haría migas con Nissan y Renault sabía de sobra que desataría las iras del multimillonario inversor Kirk Kerkorian, que posee cerca del 10 por ciento de acciones la compañía y que fue uno de los impulsores de la alianza a tres bandas. Por eso, el fabricante de coches más grande del mundo ha comenzado a preparar su estrategia ante un inminente ataque hostil del inversor. Según revelaba el diario Detroit News, citando a fuentes cercanas a GM, de momento el fabricante ya ha buscado el apoyo de dos fuertes bancos financieros como son Goldman Sachs y Morgan Stanley para defenderse de Kerkorian, que amenaza con una lucha de poder que podría dinamitar la cúpula directiva de la compañía. El blindaje de GM comenzó el pasado 3 de octubre, fecha en la que el fabricante cambio su normativa interna para hacer más difícil a Kerkorian la elección de directores de la compañía o imponer sus propias estrategias directamente a votación del resto de inversores de la compañía. Los expertos aseguran que estas medidas se han realizado para dificultar la movilidad de Kerkorian dentro de la compañía.