Miguel Sebastián dice que las empresas de construcción no quieren que las eléctricas caigan en manos de extranjerasmadrid. Dicen en los mercados que lo mejor que se puede hacer ahora en España para comprar una empresa energética, es hacerse con una constructora. Pero no parece que eso sea algo que le preocupe demasiado al Gobierno. El director de la Oficina Económica, Miguel Sebastián, confiesa que está "encantado con las entradas que se han producido de empresas constructoras en el sector energético", un proceso en el que, asegura, no ha tenido nada que ver el Gobierno.Acciona con E.ON, ACS en Unión Fenosa e Iberdrola y, la última, Sacyr Vallehermoso en Repsol, son movimientos corporativos miméticos que han hecho sospechar que existía una orquestación previa de todo, a la vista de que el jugoso negocio energético español está en venta. Es más, se ha acusado al propio Sebastián de ser el artífice de todo ese proceso ("Rasputin del sector eléctrico" le llamó Rajoy en el Congreso de forma velada).La opinión del asesor económico del presidente es la contraria. "Parece que son las propias empresas constructoras las que no quieren que las energéticas caigan en manos de otras empresas extranjeras", decía ayer a un grupo de informadores. Tanto es así, que no cree que haya ningún tipo de reacción del Gobierno a la denuncia ante el órgano supervisor de los mercados norteamericanos (SEC) ha puesto contra Acciona por entrar en E.ON. "Lo que espero -espetó- es que los medios de comunicación que han insistido en la intervención del Gobierno en esa operación, publiquen con la misma difusión el resultado de la investigación de la SEC cuando lo tenga", seguro de que se demostrará la inocencia del Gobierno en todo este proceso.Sector europeoDesde Moncloa se advierte que en España, el dinero está en manos de los bancos y las constructoras, fruto de una economía que en el último lustro se ha basado en el ladrillo. Es por ello que consideran lógico que sean estas empresas las que protagonicen las grandes operaciones de compra de empresas. Lo que en la Presidencia del Gobierno tienen claro, ante el devenir de las opas de Gas Natural y de E.ON sobre Endesa, es que el sector energético no es ya español, es europeo, algo que descarta definitivamente la teoría de los campeones nacionales que Zapatero defendía hace apenas tres meses. Según las estimaciones del propio Miguel Sebastián, quedarán en Europa cuatro o cinco grandes empresas energéticas en el futuro, cuya ubicación estará muy marcada por la necesidad de asegurarse las fuentes de aprovisionamiento.También se tiene claro en el Ejecutivo que la integración entre gas y electricidad es inevitable en el sector, lo que hace pensar en que Moncloa espera algún movimiento más en el entorno de Gas Natural.Tampoco le preocupa demasiado al Gobierno el requerimiento de la Comisión Europea para que se pronuncie sobre su dictamen contra las condiciones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) a la opa E.ON-Endesa. La fecha tope es el día 12 de noviembre, y Sebastián no tiene prisa hasta ese día.