Entre las iniciativas de la compañía se encuentran la optimización de su flota de transportes y un nuevo modelo de tiendas que reduce en un 40 por ciento el consumo energéticoDesde el año 2011, Mercadona está adherida al Pacto Mundial por la defensa de los valores fundamentales en materia de derechos humanos, normas laborales, lucha contra la corrupción y medio ambiente. Es por ello que, atendiendo a este último aspecto del acuerdo, la compañía española de supermercados invirtió, el pasado año 2016, 27 millones de euros en acciones que persiguen una mayor sostenibilidad de su actividad, con el objetivo de reducir su impacto en el entorno. El modelo de gestión ambiental de Mercadona atiende a tres áreas diferenciadas: optimización logística, eficiencia energética y gestión de residuos. Algunas de las acciones más destacadas en el campo de la optimización logística, que ejemplifican el esfuerzo realizado por la empresa española en materia medioambiental, tienen que ver con el funcionamiento de su flota de transportes. "Transportar más con menos recursos" es el lema de la compañía en lo relativo a la logística. Es por ello que, como se refleja en su última memoria medioambiental, el Departamento de Logística de Mercadona planifica cuidadosamente las rutas que realizan sus camiones -propiedad de la compañía de transporte Acotral-, con el objetivo de que ningún vehículo viaje vacío. La tasa media de llenado de dichos camiones supera el 81 por ciento; y, para ello, es de gran ayuda la fuerte apuesta de la compañía por el denominado ecodiseño. Esta disciplina no sólo permite un fácil almacenaje de los productos en los hogares de los clientes, sino que facilita su transporte. Por ejemplo, el envase de 24 unidades de Huevos Guillén, interproveedor de Mercadona, permite un mejor apilado, incrementando el número de unidades que se pueden incluir en un palé, llegando a evitar nada menos que 1.500 trayectos de camión al año. Por otro lado, la logística inversa -proceso no habitual en otras empresas-, por la cual son los camiones de flota los que acuden a las instalaciones de los proveedores, impide también el viaje de vehículos vacíos, pues dichos camiones hacen devoluciones a los almacenes, ya sea de materiales de envase para reciclar, de cajas reutilizables o palés. Aunque los camiones de la flota de Mercadona cuentan casi en su totalidad con motores que cumplen las normas Euro 5 y Euro 6 -las más exigentes en materia de emisiones a la atmósfera-, la empresa de supermercados está realizando pruebas piloto, junto con su interproveedor Acotral, con camiones propulsados por gas natural licuado. Estos motores emiten un 40 por ciento menos de CO2 por litro de combustible, reducen 10 veces la emisión de partículas y emiten un 80 por ciento menos de óxidos de nitrógeno comparados con el estándar Euro 5. Aunque el transporte por carretera sigue siendo mayoritario, Mercadona apuesta también por la diversificación de los medios de transporte de mercancías, acción que también responde a su objetivo de minimizar su impacto ambiental. Y es que, en el año 2016, se realizaron 407 trayectos en tren. El uso del transporte ferroviario, así como el del barco, permitió que en sólo dos años (2015 y 2016), la compañía española de supermercados realizase 96.000 trayectos menos por carretera. Tiendas eficientes Las medidas para reducir el consumo energético son un pilar fundamental de Mercadona para luchar contra el cambio climático. Además de llevar a cabo las auditorías energéticas que dicta la legislación europea y española, la empresa de supermercados inauguró a finales del año pasado un nuevo modelo de tienda, capaz de generar un ahorro energético de hasta el 40 por ciento respecto a un establecimiento tradicional. Estas tiendas, herederas de las que Mercadona venía desarrollando desde el año 2007 -que ya lograban reducir el consumo energético un 20 por ciento respecto a una convencional- cuentan con mejores aislamientos térmicos y acústicos, optimizando los materiales y el grosor de paredes y techos, así como con nuevos arcones de congelado más eficientes energéticamente y respetuosos con el medio ambiente. Además, estas nuevas tiendas disponen de un sistema de iluminación led automatizado que se regula según zonas y momentos del día. Los trabajadores de la compañía, por su parte, reciben una formación periódica en buenas prácticas de ahorro energético, con el objetivo evitar el derroche en los procesos rutinarios de los centros. En algunas tiendas, además, se han construido muros y cubiertas ajardinadas que no sólo mejoran la integración de la tienda en el entorno, sino que ayudan también al aislamiento térmico y acústico del edificio. Por añadidura, estas estructuras actúan como barrera visual y se están afianzando en las ciudades como una manera de aumentar la cantidad de zonas verdes en entornos urbanizados. En menos de diez años, las tiendas de Mercadona han logrado reducir su consumo eléctrico medio por tienda de 1,3 megavatio-hora (MWh) a 1,05 MWh. Gestión de residuos En su memoria medioambiental de los años 2015-2016, Mercadona señala que un 74 por ciento de sus residuos se recupera o valoriza. Para lograr esto, la compañía de supermercados lleva a cabo una serie de estrategias que van desde la redistribución -a través de la donación a comedores sociales de aquellos productos que, aunque son óptimos para el consumo, no son aptos para la venta- hasta el reciclaje. Antes de pasar a la redistribución, reutilización o, por último, el reciclaje de los residuos generados, Mercadona centra parte de sus esfuerzos en la prevención, con el objetivo de reducir la cantidad de dichos residuos. Como ejemplo, la introducción del servicio de zumo de naranja recién exprimido en sus establecimientos supuso en 2016 el aprovechamiento de 2.500 toneladas de naranja que, por su aspecto o tamaño, tenían difícil salida en el mercado. En cuanto a materiales, Mercadona logró recuperar en 2016 181.000 toneladas de cartón, 13.400 toneladas de plástico y poliexpán, y 1.691 toneladas de madera. Unas cifras muy positivas y que suponen un crecimiento respecto a ejercicios anteriores. Todas las medidas descritas permiten deducir que el liderazgo propio de la compañía también se traslada al ámbito medioambiental.