C uán importante es la tecnología en el proceso de digitalización de una empresa?, se pregunta Joseph Reger, director de tecnología para el área Emea de Fujitsu. Y se contesta que no demasiado, muy a su pesar, pues la tecnología es su vida. "Lo primero para digitalizar una empresa es saber qué modelo de negocio busca y luego ya se aplicará la tecnología precisa para conseguirlo". El segundo elemento que marca el éxito del proceso es adaptar esa tecnología de forma integrada, explica el directivo a elEconomista durante el Fujitsu Forum 2017 que se ha celebrado en Múnich la semana pasada. Lo que no significa que la tecnología no sea esencial en la transformación del modelo de negocio que la digitalización exige a cualquier empresa sin importar el nicho de actividad en el que compita. Duncan Tait, consejero delegado de Fujitsu para Europa y América, apunta que la "tecnología se está convirtiendo en una utility, como la electricidad. En tanto que la tecnología va penetrando, se convierte en algo fundamental en el día a día de los negocios, pero también de nuestra vida personal y la sociedad en su conjunto. Sin embargo, esto no sucede de la noche a la mañana, aunque esta transición al uso generalizado de la tecnología está causando una disrupción digital y, a su vez, generando oportunidades para crear nuevos servicios y productos orientados al cliente". Pero una cosa es querer digitalizarse y otra hacerlo con éxito. El máximo responsable para Europa de la multinacional nipona, que está virando su negocio hacia una proveedora de servicios tecnológicos, presenta algunos datos de una encuesta realizada a 1.625 líderes empresariales mundiales a los que han preguntado sobre la ventaja de digitalizarse y los inconvenientes de hacerlo mal. El análisis concluye que hay un salto entre la estrategia digital planificada y su implementación en la empresa. Parte del problema es el coste de un proyecto digital fallido, explica Tait. "Según los encuestados, el coste medio de un fracaso en el plan de digitalización supone 550.000 euros y el 28 por ciento ha tenido una experiencia fallida. Incluso cancelando en una fase temprana el desarrollo, el coste es muy alto, de media unos 423.000 euros". Quizá por eso las dos terceras partes de los encuestados declaran que el temor al fracaso frena afrontar un proceso de digitalización total. La presión del cliente Pero, por otro lado, el 55 por ciento considera que sus clientes son el principal motivo para la digitalización de su empresa, pues casi nueve de cada 10 declaran que sus clientes esperan de ellos que sean cada vez más digitales". Una presión que lleva al 70 por ciento de los encuestados a creer que están perdiendo la competencia y, en el mismo porcentaje, que la IT es el camino más significativo para innovar. La respuesta de Fujitsu es combinar las tecnologías innovadoras y experiencia, con los conocimientos únicos de los clientes, su know-how, para crear nuevas soluciones ad hoc ante sus desafíos de negocio. Es lo que han dado en llamar cocreación, co-creation en inglés. Reger explica que los desafíos que preocupan a las empresas giran sobre cómo conectar las diferentes tecnologías que actualmente están relacionadas con la digitalización y que Fujitsu ha convertido en sus área de negocios: Cloud, o información en la nube; el Internet de las Cosas (IoT), o intercambio de información, vía Internet, entre cualquier máquina; la Inteligencia Artificial (IA) o cómo las computadoras son capaces de localizar y analizar ingentes cantidades de datos e ir aprendiendo de ella y la Ciberseguridad, que cierra el círculo para que todas estas operaciones estén a salvo de ataques. Sin embargo, el director de tecnología reconoce que las empresas demandan a Fujitsu la implantación de programas concretos y cómo integrarlos en sus entornos tecnológicos. Otra dimensión es conseguir que los clientes descubran que "su problema es cómo cambiar su modelo de negocio para adaptarse al mundo digital". Un ejemplo es el mantenimiento predictivo que la mayoría de los bienes incorporarán de fábrica gracias a que emitirán sus fallos directamente a los fabricantes o propietarios". Un cambio de modelo, hacia el digital, que afecta al conjunto de los sectores. "Todas las empresas deben cambiar su modelo de negocio, pues de no ser así, los ingresos dejarán de crecer o, incluso, empezarán a reducirse si siguen haciendo lo mismo", dice Reger, que afirma, de forma tajante que los ingresos futuros dependen de la adaptación. Incluso en actividades donde el core del negocio no esté siendo modificado por la digitalización. El responsable de tecnología para Europa de Fujitsu pone como ejemplo la restauración. "La gente tiene que comer y hay que hacer la comida. Sin embargo, todo lo que rodea a esta actividad sí está sufriendo un cambio profundo. La manera de coger la comanda y enviar los pedidos a la cocina, el almacenamiento y reposición de víveres, la relación con los clientes o CRM", explica. Un nuevo consumidor Porque no sólo cambia la manera de hacer negocio, también cambia el consumidor, claramente más digital cada día. Tatsuya Tanaka, presidente mundial de Fujitsu, dice: "Los consumidores cada vez tienen más poder y hay que conseguir información sobre ellos para darles el valor que exigen". Un mensaje claro de la necesidad de dar el salto a la digitalización global e integrada, aprovechar las oportunidades que se derivan de ello y modificar el modelo de negocio. No obstante, como Joseph Reger puntualiza "las empresas no siempre saben lo que quieren o lo que necesitan cuando quieren digitalizarse".